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Lengua española -


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75 Respuesta(s) a este Tema

#21 Ge. Pe.

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Publicado el 17 octubre 2012 - 02:34

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Acortamiento.



1. Procedimiento de abreviación que consiste en eliminar las sílabas finales de una palabra para crear otra nueva: bici por bicicleta, cine por cinematógrafo, profe por profesor, súper por supermercado, macro por macroinstrucción, moto por motocicleta, foto por fotografía, taxi por taxímetro, etc. También existen, aunque en menor número, casos de acortamiento por supresión de sílabas iniciales: bus por autobús, fago por bacteriófago.

2. La mayoría de los acortamientos mantienen el género de la palabra completa: la foto por la fotografía, el cine por el cinematógrafo; hay alguna excepción, como el cromo por la cromolitografía. Los acortamientos, cuando son sustantivos, suelen seguir las reglas generales de formación del plural (→ plural, 1): las fotos, las anfetas, los buses; pero algunos de ellos, como súper e híper, se mantienen invariables: los híper, los súper. Cuando son adjetivos, lo normal es que permanezcan invariables: películas porno (‘pornográficas’).






Acrónimo.



1. Es, por un lado, el término formado por la unión de elementos de dos o más palabras: teleñeco, de televisión y muñeco; docudrama, de documental dramático; Mercosur, de Mercado Común del Sur. Por otro lado, también se llama acrónimo a la sigla que se pronuncia como una palabra: OTAN, ovni, sida (→ sigla). Es muy frecuente que estos últimos, tras una primera fase en que aparecen escritos con mayúsculas por su originaria condición de siglas (OVNI, SIDA), acaben por incorporarse al léxico común del idioma y se escriban con letras minúsculas (ovni, sida), salvo, naturalmente, la inicial cuando se trata de nombres que exigen la escritura de esta letra con mayúscula (Unesco, Unicef). Los acrónimos suelen omitir para su formación los artículos, las preposiciones y las conjunciones que aparecen en la denominación completa, salvo si son necesarios para facilitar su pronunciación: ACUDE (por Asociación de Consumidores y Usuarios de España), pyme (por pequeña y mediana empresa).


2. La formación de siglas y acrónimos es un fenómeno muy extendido en países anglosajones, especialmente en ámbitos científico-técnicos. Así, se han incorporado a nuestro idioma numerosas palabras que son, originalmente, siglas o acrónimos ingleses: radar, por ra[dio] d[etecting] a[nd] r[anging]; láser, por l[ight] a[mplification by] s[timulated] e[mission of] r[adiation]; púlsar o pulsar, de puls[ating st]ar. En algunos casos, los acrónimos de origen extranjero se han adaptado o traducido al español: decimos sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), y no aids (adquired immuned deficiency syndrome); OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), y no NATO (North Atlantic Treaty Organization) (→ sigla, 6).


3. Una vez incorporados al léxico común, los acrónimos forman el plural siguiendo las reglas generales de su formación en español (→ plural, 1): ovnis, ucis, radares, transistores.


4. La mayoría de los acrónimos formados por la unión de elementos de dos o más palabras han adoptado el género masculino, incluso cuando, en la traducción, la palabra núcleo de la expresión extranjera abreviada es femenina; así, se dice un púlsar, a pesar de que estrella (ingl. star) es femenino; un quásar, a pesar de que fuente (ingl. source) es femenino. A veces, el masculino se explica por sobrentenderse un concepto masculino elidido: el [rayo] láser, a pesar de que luz (ingl. light) es femenino. Por el contrario, los acrónimos que se originan a partir de siglas adoptan normalmente el género de la palabra núcleo de la denominación completa: la uci (porque unidad es palabra femenina), el sida (porque síndrome es palabra masculina) (→ sigla, 4).


5. Solo los acrónimos que se han incorporado al léxico general y que, por tanto, se escriben con minúsculas, admiten su división con guion de final de línea y se someten a las reglas de acentuación gráfica en español: lá- / ser, ra- / dar.


6. Los acrónimos se leen como se escriben, sin desarrollar los elementos abreviados.






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#22 Ge. Pe.

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Publicado el 19 octubre 2012 - 12:45

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Concordancia del adjetivo con dos o más sustantivos



Para hacer concordar correctamente a un adjetivo con dos (o más) sustantivos, tenemos que diferenciar dos casos principales (1. y 2.):

1. Cuando el adjetivo aparece después de los sustantivos: En este primer caso el adjetivo concuerda con lo que podríamos considerar la suma de los dos sustantivos. Por lo que respecta al número, una acumulación de dos o más sustantivos va a ser siempre plural aunque cada uno de ellos individualmente aparezca en singular. En cuanto al género, tendremos que fijarnos en el de cada sustantivo, lo que da lugar a la siguiente casuística:

1.1. Los dos sustantivos son masculinos. No hay problema: el adjetivo concuerda en masculino y en plural con los sustantivos:

(1) Aquí es donde vamos guardando el oro y los diamantes robados

1.2. Los dos sustantivos son femeninos. La lógica nos dice que en este caso el adjetivo adoptará el número plural y el género femenino:

(2) Me voy a comer unas enchiladas y unas carnitas mexicanas

1.3. Hay mezcla de sustantivos masculinos y femeninos. En este caso predomina el género masculino y se mantiene, por supuesto, el número plural:

(3) No me vendrían mal una impresora y un teclado inalámbricos


2. Cuando el adjetivo aparece antes de los sustantivos: Esta no es la posición normal del adjetivo en español, por lo que no deja de tener cierta lógica que su concordancia se salga también de lo normal. Por lo general, en estos casos el adjetivo concuerda en género y número con el sustantivo más próximo, como vemos en los siguientes ejemplos:

(4) Nos explicaron la concordancia con extraordinario detalle y precisión

(5) Vivía rodeado de sus queridas hijas y nietos

En (4) el adjetivo extraordinario adopta el género (masculino) y el número (singular) del sustantivo detalle, pero, sin embargo, se refiere tanto a este como al femenino precisión. En (5), en cambio, el género y número que predominan son el femenino plural de hijas, pero hemos de entender que también los nietos son queridos.

Por último, hay que añadir que se pueden producir excepciones a lo expuesto en el caso 1. Cuando los dos sustantivos se conciben como estrechamente relacionados y comparten el mismo género, el adjetivo puede aparecer en singular:

(6) La compra y venta especulativa de acciones no está hecha para corazones débiles

(7) Ya no soportaba el ajetreo y el traqueteo constante de aquel viaje en tren

Estas reglas son las que se aplican en la lengua escrita. En la lengua oral la improvisación y la rapidez del discurso pueden dar lugar a concordancias de lo más variadas.



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Categorías: adjetivo, morfología, norma, sintaxis, sustantivo






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#23 Ge. Pe.

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Publicado el 21 octubre 2012 - 01:52

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Apóstrofo.



Signo ortográfico auxiliar en forma de coma alta (’), que apenas se usa en el español actual.

1. Como usos propios de la lengua española, se distinguen principalmente dos:

a) Para indicar, en ediciones actuales no modernizadas de textos antiguos, sobre todo poéticos, la elisión de la vocal final de determinadas palabras (preposiciones, artículos, conjunciones) cuando la que sigue empieza por vocal: d’aquel (por de aquel), l’aspereza (por la aspereza), qu’es (por que es).

b) Para reflejar, en la escritura, la supresión de sonidos que se produce en ciertos niveles de la lengua oral. Aparece con frecuencia en textos literarios cuando el autor desea reproducir el habla de personajes de escasa cultura: «Sacúdete el vestidito, m’ija, pa’que se nos salga el mal agüero» (Hayen Calle [Méx. 1993]).

2. Se conserva en la reproducción de nombres o expresiones pertenecientes a lenguas en las que se mantiene el uso moderno del apóstrofo, como el catalán, el inglés, el francés o el italiano: L’Hospitalet de Llobregat, O’Connor, c’est la vie, D’Annunzio.

3. Hay que evitar los siguientes usos del apóstrofo, ajenos al español, y que se deben al influjo del inglés:

a) Cuando aparece en sustitución de las dos primeras cifras de un año: ’82 por 1982. Si se desea hacer la abreviación, lo que es frecuente en la expresión de acontecimientos relevantes celebrados en ciertos años, no debe utilizarse el apóstrofo: Barcelona ’92 (Juegos Olímpicos). Basta con las dos últimas cifras del año, que pueden unirse o no con guion a la palabra precedente: Barcelona 92 o Barcelona-92.

b) Cuando se usa, seguido de una s, para indicar el plural de una sigla: ONG’s. El plural de las siglas es invariable en español: las ONG (→ sigla, 3).

4. No debe utilizarse el apóstrofo para separar las horas de los minutos: las 20’30 h. En este caso, se recomienda el empleo del punto, aunque también se admiten los dos puntos (→ punto, 4.1 y dos puntos, 2.1).

5. Tampoco debe usarse para separar, en los números, la parte entera de la parte decimal: 3’1416. En este caso ha de emplearse preferentemente la coma (→ coma2, 4), aunque también se admite el uso del punto (→ punto, 4.4).

6. No debe confundirse con apóstrofe (‘invocación vehemente’ e ‘insulto’; → apóstrofe).




Asterisco.


Signo ortográfico auxiliar en forma de estrella (*), que se coloca en la parte superior del renglón. Se emplea en los casos siguientes:

a) Como signo de llamada para notas al margen o a pie de página (los asteriscos de llamada pueden escribirse también encerrados entre paréntesis, aunque hoy es raro):

Beethoven* compuso una única ópera, titulada Fidelio**.

* Bonn, 1770-Viena, 1827.

** Estrenada en Viena en 1805, durante la ocupación francesa de la ciudad.

Dado el efecto antiestético que puede producir la acumulación de asteriscos en una misma página, cuando haya necesidad de hacer varias llamadas, lo más recomendable es utilizar números arábigos.

b) En obras de gramática, se utiliza para indicar que una determinada construcción es «agramatical», es decir, imposible, por incumplir alguna de las reglas del sistema de la lengua: *Sus estos ojos; *Quiero que yo vaya a París.

c) En informaciones o comentarios etimológicos, sirve para indicar, antepuesto a una voz, que se trata de un vocablo hipotético, fruto de una reconstrucción, cuya existencia se supone aunque no se haya documentado por escrito: *bava, *appariculare.


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#24 Ge. Pe.

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Publicado el 22 octubre 2012 - 07:04

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Ambos




Ambos, ambas significa ‘los dos, uno y otro’.

Puede funcionar como adjetivo (1), es decir, acompañando a un nombre, o como pronombre (2), o sea, independientemente, sin modificar el significado de otra palabra:

(1) La ONU denuncia crímenes de ambos bandos en la guerra civil siria [El País (España), acceso: 4-6-2012]

(2) El empate era esperado, nos beneficiaba a ambos [Marca (España), acceso: 4-6-2012]

Lógicamente, por su significado, solo se utiliza en plural.

En castellano antiguo se utilizaban expresiones como ambos dos (3) y ambos a dos (4):

(3) [Becerra] juntó con más union la pintura con la escultura que otros muchos pintores que usaron de ambas dos artes [Jusepe Martínez: Discursos practicables del nobilísimo arte de la pintura, c. 1673, tomado de CORDE]

(4) Y entonces abraçáronse ambos a dos por el cuello e besáronse y dexóle ir [Anónimo: Los siete sabios de Roma, 1530, tomado de CORDE]
Hoy ya no hablamos así. Estas construcciones se interpretan como muestras de un estilo descuidado y además son redundantes, pues si ambos lleva dentro la idea de ‘dos’ no hay necesidad de reforzarlo a continuación con el numeral. O sea, la oración (5) se debe convertir en lo que tenemos en (6):


(5) Ambos dos llamaron al presidente para intentar encontrar una solución

(6) Ambos llamaron al presidente para intentar encontrar una solución

Tampoco se debe emplear ambos, ambas precedido por el artículo (los ambos, las ambas) o por cualquier otro determinante (estos ambos, tus ambos, etc.):

(7) Esta tierra reúne lo mejor de los ambos mundos

Basta con que pensemos en lo que significa ambos para llegar a tres soluciones correctas:

(8) Esta tierra reúne lo mejor de los dos mundos

(9) Esta tierra reúne lo mejor de ambos mundos

(10) Esta tierra reúne lo mejor de uno y otro mundo

También debemos evitar su uso en construcciones partitivas como uno de ambos, ninguno de ambos, cualquiera de ambos, etc.:

(11) Son noventa minutos mágicos tras los cuales uno de ambos levantará el trofeo

Aquí se impone, simplemente, de los dos:

(12) Son noventa minutos mágicos tras los cuales uno de los dos levantará el trofeo

Por último, no hay que confundirlo con sendos, que tiene valor distributivo.


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#25 Ge. Pe.

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Publicado el 23 octubre 2012 - 11:51

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Ejercicios: cambio de género con cambio de significado

En las siguientes oraciones aparecen sustantivos que cambian de significado al cambiar de género. Indica si es correcto el género de las secuencias que los contienen, que son las que se destacan en negrita. Si en algún caso es incorrecto, corrígelo. Publicaré las soluciones mañana, miércoles 24 de octubre.

1. El frente ruso ha sido la perdición de muchos generales.

2. Tu alma es negra como la pez.

3. Este diario es famoso porque publica unas editoriales incendiarias.

4. No me gustan ni la doblez ni los engaños.

5. La maleza se acumulaba en los márgenes del río.

6. Me he comprado un telescopio para ver el cometa Halley.

7. Aquí le vamos a hacer una cura de urgencia y usted va mañana a su médico.

8. Las epidemias de cólera negra causaron una gran mortandad en la Edad Media.

9. El paciente se encuentra en estado de coma inducida.

10. Atención, señores pasajeros: Un autobús los transportará hasta el terminal del aeropuerto.





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#26 Ge. Pe.

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Publicado el 24 octubre 2012 - 08:28

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Soluciones: cambio de género con cambio de significado


Estas son las soluciones a los ejercicios sobre sustantivos que cambian de significado al cambiar de género. Puntúate de uno a diez. Para solucionar posibles dudas, puedes leer el artículo al que conduce el anterior enlace o consultar tu diccionario favorito.

1. Correcto.

2. Correcto.

3. Incorrecto. Debe decir unos editoriales incendiarios.

4. Correcto.

5. Incorrecto. Debe decir las márgenes.

6. Correcto.

7. Correcto.

8. Incorrecto. Debe decir cólera negro.

9. Incorrecto. Debe decir coma inducido.

10. Incorrecto. Debe decir la terminal.



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#27 Ge. Pe.

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Publicado el 25 octubre 2012 - 12:45

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‘Aprisa’ y ‘a prisa’


Aprisa admite, al menos en principio, dos grafías diferentes: en una palabra (1) o en dos (2):


(1) La limpieza es total, en todas partes, no obstante la gran cantidad de gente que camina aprisa, mientras consume alimentos pasajeros [...] [El Meridiano de Córdoba (Colombia), acceso: 25-10-2012]


(2) También nos alejamos del vivir a prisa e irreflexivamente, para hacerlo de un modo más sereno y meditado [Los Andes (Argentina), acceso: 25-10-2012]


Sin embargo, como suele ocurrir cuando tenemos la opción de escribir junto o separado, se prefiere la primera.

Este es un caso análogo al de otros adverbios, como deprisa, enseguida, enfrente y alrededor.



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#28 Ge. Pe.

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Publicado el 26 octubre 2012 - 07:08

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Barra



BARRA. Signo ortográfico auxiliar, del que existen diversos tipos:


1. Barra (/). La barra propiamente dicha consiste en una línea diagonal que se traza de arriba abajo y de derecha a izquierda. Se usa en los casos siguientes:

a) Sustituye a una preposición en expresiones como 120 km/h [= kilómetros por hora], Real Decreto Legislativo 1/1995 de 24 de marzo [= primer decreto de 1995], salario bruto 1800 euros/mes [= euros al mes]. En este uso se escribe sin separación alguna de los signos gráficos que une.

b) Colocada entre dos palabras, o entre una palabra y un morfema, indica la existencia de dos o más opciones posibles. En este caso tampoco se escribe entre espacios y puede sustituirse por paréntesis (→ paréntesis, 2c): El/los día/s pasado/s; Querido/a amigo/a.

c) Forma parte de algunas abreviaturas: c/ (por calle), c/c (por cuenta corriente) (→ abreviatura, 6d).

d) Se utiliza para separar la mención de día, mes y año en la expresión numérica de las fechas: 15/2/2000, para lo que también pueden emplearse guiones o puntos (→ fecha, 2c).

e) En obras lingüísticas, la representación de los fonemas y las transcripciones fonológicas se encierran entre barras: el fonema /s/, /klábe/. Para las transcripciones fonéticas se usan los corchetes (→ corchete, 2d).

f) También se emplea para separar los versos en los textos poéticos que se reproducen en línea seguida. En este caso, la barra se escribe entre espacios: «¡Si después de las alas de los pájaros, / no sobrevive el pájaro parado! / ¡Más valdría, en verdad, / que se lo coman todo y acabemos!» (Vallejo Poemas [Perú 1923-38]).

g) En las transcripciones de portadas de textos antiguos, señala un cambio de línea en el original, y también se escribe entre espacios: QVINTA / PARTE DE FLOR / DE ROMANCES NVE / uos, nunca hasta agora impressos.

h) En obras de ortografía, se utiliza para marcar el final de renglón cuando se deben hacer indicaciones sobre la división correcta de palabras a final de línea, o sobre la conveniencia o no de separar en líneas diferentes determinadas palabras o elementos: Las abreviaturas compuestas de más de un elemento no podrán separarse en líneas diferentes; así, será incorrecto separar S. / M. por Su Majestad.

i) En matemáticas significa ‘dividido por’, tanto en las divisiones —uso en que equivale al símbolo ÷ o a los dos puntos: 15/3 [= 15 ÷ 3 o 15 : 3; ‘quince dividido por tres’]—, como en los quebrados o fracciones —uso en que equivale a la raya horizontal con la que también se representa este tipo de números: 3/4 (‘tres cuartos’)—. La barra debe escribirse pegada a los números.

j) En informática, se emplea para separar las distintas páginas jerarquizadas de una dirección electrónica: http://www.rae.es/nivel1/adiccio.htm.



2. Barra doble (//). Se usa en los casos siguientes:

a) Para señalar el cambio de estrofa en los textos poéticos que se reproducen en línea seguida. En este caso, se escribe entre espacios: «¡Más valdría, en verdad, / que se lo coman todo y acabemos! // ¡Haber nacido para vivir de nuestra muerte!» (Vallejo Poemas [Perú 1923-38]).

b) Para indicar el cambio de párrafo o el cambio de página en las ediciones de textos antiguos que ofrecen información sobre la disposición formal del original. En este último caso, la doble barra va seguida del número del folio o de la página correspondiente: [...] honrras e faziendas //35 destruyen los que a sabiendas fazen pies de los costados. Como se ve, la doble barra se escribe separada por un espacio del texto que se transcribe, y sin separación con respecto al número que la acompaña.

c) En informática, separa la sigla del protocolo de comunicación (normalmente http, del inglés hyper text transport protocol) de la dirección electrónica: http://www.rae.es.



3. Barra inversa (\). Se usa en algunos sistemas operativos para separar los nombres de los diferentes directorios o carpetas jerarquizados: c:\consulta\acento ilde.doc.


4. Barra vertical (|). Tiene diversos usos convencionales, entre los que cabe destacar los siguientes:

a) En obras sobre versificación clásica, separa los distintos pies métricos que componen los versos.

b) En obras lingüísticas, marca la existencia de una pausa menor dentro de un enunciado: Hay excepciones en eso | como en todo.



5. Doble barra vertical (||). Suele usarse en los casos siguientes:

a) En diccionarios y otras obras de carácter lexicográfico, para separar los distintos significados o acepciones de las palabras o expresiones que se definen.

b) En la edición de textos poéticos, para señalar la cesura o pausa interior del verso determinada por el ritmo: «De los sos ojos || tan fuertemientre llorando» (Cid [Esp. c1140]).

c) En obras lingüísticas, para marcar la existencia de una pausa mayor dentro de un texto: Pedro se levantó temprano. || Antes de salir, | se dio una ducha rápida.






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#29 Ge. Pe.

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Publicado el 29 octubre 2012 - 06:21

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'Proveído' y 'provisto'




El verbo proveer tiene dos participios: uno regular (proveído) y otro irregular (provisto). No deberían darnos mayor problema porque uno y otro se pueden emplear indistintamente, a diferencia de lo que ocurre con los pares imprimido/impreso y freído/frito, que presentan alguna restricción.

Así, podemos encontrar cualquiera de las dos formas en los tiempos compuestos de la conjugación (1 y 2), en la pasiva perifrástica (3 y 4) y como adjetivos (5 y 6):

(1) Nos ha provisto de unos estándares de vida inimaginables para las generaciones anteriores a la era industrial [DiarioVasco.com (España), acceso: 15-5-2012]

(2) Rusia ha proveído a Siria de misiles antiaéreos, vehículos armados y aviones en el marco de un contrato comercial [Europapress.es, acceso: 15-5-2012]

(3) El financiamiento de la infraestructura necesaria para la red [...] fue provisto por diversos organismos multilaterales [LaPrensa.hn, acceso: 15-5-2012]

(4) Los refugiados fueron proveídos de frazadas, colchones, agua potable y víveres [Abc Color (Paraguay), acceso: 15-5-2012]

(5) La nueva generación del monovolumen Zafira ofrece un interior provisto de grandes posibilidades de flexibilidad [La Vanguardia (España), acceso: 15-5-2012]

(6) Khalid Sheikh Mohammed y un abogado, en un dibujo proveído por la corte [ElUniversal.mx, acceso: 15-5-2012]



Aunque ambas formas se consideran correctas, hay que aclarar que hoy día se da una marcada preferencia por la forma irregular provisto, aunque en esto hay diferencias personales y regionales.

No está de más aclarar que no se debe confundir la conjugación de prever y proveer. Siguiendo el enlace, encontrarás la explicación correspondiente.




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#30 Ge. Pe.

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Publicado el 01 noviembre 2012 - 01:47

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Plural de palabras terminadas en -m




Los sustantivos y adjetivos terminados en -m forman el plural añadiendo la terminación -s, como fórum – fórums. Son
préstamos de otras lenguas. La mayoría proceden del latín, como currículum (1), ultimátum (2), referéndum (3), etc.:




(1) De este modo Edmundo pudo fotocopiar en la empresa currículums de un gran número de empleados [...] [Belen Gopegui: Lo real]
(2) Desde Moscú, en sus emisiones, bombardearon a la población española con frases que parecían ultimátums [José María Gironella: Los hombres lloran solos]
(3) Obama apoya de forma oficial la causa del matrimonio igualitario en los cuatro estados que celebran referéndums [
Dosmanzanas.com, acceso: 31-10-2012]


Hay que tener en cuenta aquí que álbum constituye una excepción, puesto que forma tradicionalmente un plural álbumes (4) y no es posible el plural con -s álbums.



(4) Los álbumes tenían hojas gruesas forradas con papel fino [...] [Ricardo Elizondo Elizondo: Pliegues en la membrana del tiempo]


Hay también entre los sustantivos y adjetivos terminados en -m préstamos procedentes del inglés, como film (5), webcam (6) y módem (7):



(5) [...] a veces voy a ver los films soviéticos solo para oír los diálogos [...] [Ricardo Piglia: Respiración artificial]
(6) Webcams en directo para seguir la llegada del huracán Sandy a Nueva York [
El Huffington Post (España), acceso: 31-10-2012]


(7) Huawei sigue líder de ventas en el decreciente mercado de los módems USB [
TeleSemana (Argentina), acceso: 31-10-2012]


Es importante saber que el anglicismo film cuenta también con una forma castellanizada filme que tiene un plural filmes. Puestos a usar esta palabra, es preferible la castellanización.
También hay algún
arabismo, como dírham (8):


(8) ¿Para qué quiero yo ahora diez dírhams? [Ángel Vázquez: La vida perra de Juanita Narboni]


Dentro de los arabismos hallamos imam (‘predicador musulmán’), que es una excepción análoga a la de álbum, puesto que forma un plural imames (9). No obstante, es preferible usar en este caso la forma castellanizada imán – imanes.



(9) Sólo una minoría de los imames afincados en Europa ejerce un magisterio intelectual [Rocío Lardinois de la Torre: El islam, una oportunidad para Europa]


Ocasionalmente podemos encontrar también alguna
onomatopeya, como cataplum, pero por lo general no habrá oportunidad de formar el plural de estas (y si por cualquier motivo hubiera que formarlo, simplemente habría que añadir -s como en el resto de casos).

Nota: Los ejemplos (1), (2), (5), y (8) están tomados de
CREA (Corpus de Referencia del Español Actual, Real Academia Española).

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Soluciones: plural de palabras terminadas en -s o en -x



Estas son las soluciones a los
ejercicios sobre el plural de palabras terminadas en -s y el plural de palabras terminadas en -x. Hay un total de 20 expresiones. Cada una vale 0,5 puntos. Lo importante es que sean correctos los plurales en -s y en -x. Los demás son lo suficientemente sencillos como para que no planteen mayor problema. No obstante, para considerar completamente correcto un apartado, la formación del plural debería ser correcta en su totalidad.


a) Los deliciosos boletus [palabra llana: invariable]


b) Los mixes eléctricos [palabra monosílaba y, por tanto, aguda: -es; se debe escribir en cursiva por ser un
extranjerismo crudo]


c) Los boxes de salida [nuevamente, palabra monosílaba y, por tanto, aguda, que forma el plural añadiendo -es]


d) Unos grandes bíceps [palabra llana; permanece invariable en plural; el que termine en una combinación de dos consonantes es indiferente a este efecto, lo que cuenta es que termina en -s]


e) Unos siux [invariable]


f) Unas crisis inacabables [invariable]

g) Los
caucus republicanos [invariable; es un préstamo del inglés, pero se debe evitar el plural a la inglesa caucuses]


h) Unos rictus desagradables [invariable]

i) Mis ex [esta palabra es una excepción; al ser monosílaba, debería añadir -es, pero se mantiene invariable en plural]


j) Unos dúplex de 700 metros cuadrados [invariable]

k) Unos anises de Chinchón [este es un ejemplo claro de palabra aguda terminada en -s; forma el plural con el morfema -es, como es de esperar; nótese que al pasar al plural se pierde la tilde del singular]


l) Los holandeses errantes [plural en -es por el mismo motivo de k); nuevamente, se pierde la tilde]


m) Unas meningitis fulminantes [invariable]


n) Tus dosis diarias [invariable]


ñ) Los adioses [plural en -es]


o) Los mosquitos anofeles [invariable]


p) Unos aerobuses [-es]


q) Los
campus universitarios [invariable; es incorrecto el plural a la inglesa [i]los cámpuses[/i]]


r) Las nuevas profilaxis [invariable]


s) Las cámaras réflex [invariable]



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#31 Ge. Pe.

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Ejercicios: fuera, afuera, delante, adelante, etc.



Indica si las secuencias destacadas en negrita en las siguientes oraciones son correctas. Corrige las que no lo sean. Te puede venir bien leer la entrada sobre el uso de los adverbios fuera, afuera, dentro, adentro, etc., así como la entrada sobre alante. Publicaré las soluciones mañana, lunes 5 de noviembre.

a) Me miró de arriba a abajo

b) Pues el caso es que no se está mal aquí dentro

c) ¿Por qué no te vas fuera un ratito?

d) ¡Niño, sube arriba y bájate el New York Times!

e) Ponte tú en el asiento de alante

f) Te tengo dicho que no pongas los pies arriba de la mesa

g) Pues el caso es que no se está mal aquí adentro

h) ¿Por qué no te vas afuera un ratito?

i) —¿Se puede? —¡A delante, a delante!

j) Si no está el tractor delante del palacete, es que no está en casa



CUÉNTASELO A TODO EL MUNDO


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adverbio, ejercicios, norma





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#32 Ge. Pe.

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Publicado el 05 noviembre 2012 - 11:28

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ALBERTO BUSTOS




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Estas son las soluciones a los ejercicios sobre el uso de los adverbios fuera, afuera, dentro, adentro, etc.

Puntúate de uno a diez.


a) … de arriba abajo [sobra la preposición a, que ya va embebida en el adverbio abajo]

b) Es correcto

c) Es correcto

d) Sobra el adverbio arriba: la idea de ‘arriba’ ya va incluida en el significado del verbo subir, por lo que la presencia del adverbio es redundante. Se debe decir Sube y bájate el NYT o, si acaso queremos especificar el lugar al que hay que subir, se podría convertir en algo así como Sube al piso de arriba/a la quinta planta/a la buhardilla, etc.

e) … delante [alante es un vulgarismo]

f) … encima de la mesa [las formas con a- nunca admiten un complemento introducido por la preposición de]

g) Es correcto

h) Es correcto

i) ¡Adelante, adelante! [no se puede separar la preposición del adverbio; se trata de una secuencia que se escribe obligatoriamente fusionada en una sola palabra]

j) Es correcto






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#33 Ge. Pe.

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Publicado el 06 noviembre 2012 - 01:53

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CARDINALES



1.Los numerales cardinales expresan cantidad en relación con la serie de los números naturales, incluido el cero, que expresa ausencia de cantidad. Normalmente funcionan como adjetivos: He leído cinco libros este verano; pero pueden funcionar también como pronombres: —¿Necesitas rotuladores?Sí, tráeme dos; o como sustantivos, cuando se emplean para nombrar las cifras o los números: Has escrito un nueve un poco raro; El número premiado es el mil trescientos veintidós. Suelen incluirse en la serie de los numerales cardinales algunas palabras que, al igual que estos, expresan cantidad exacta, pero que, a diferencia de ellos, son sustantivos, como es el caso de millar, millón, millardo, billón, trillón y cuatrillón (→ 6). A continuación se ofrece la serie completa:




Imagen enviada


Imagen enviada


Imagen enviada








2. Hay cardinales simples —de cero a quince, todas las decenas (diez, veinte, treinta, etc.), cien(to), quinientos y mil— y cardinales compuestos, los formados por la fusión o suma de varios cardinales simples. De los compuestos, se escriben hoy en una sola palabra los correspondientes a los números 16 a 19 y 21 a 29, así como todas las centenas: dieciséis, dieciocho, veintiuno, veintidós, doscientos, cuatrocientos, etc. Las grafías complejas diez y seis, veinte y uno, cuatro cientos, etc., son anticuadas y deben evitarse. A partir de treinta, los cardinales compuestos que corresponden a cada serie se escriben en varias palabras y se forman, bien por coordinación, bien por yuxtaposición de cardinales simples; así, los correspondientes a la adición de unidades a las decenas se escriben interponiendo entre los cardinales simples la conjunción y: treinta y uno, cuarenta y cinco, noventa y ocho, etc.; el resto se forma por mera yuxtaposición: ciento dos, mil cuatrocientos treinta, trescientos mil veintiuno, etc. No obstante lo dicho, por analogía con la serie de los cardinales compuestos de diez y de veinte, se documentan casos de grafía simple en los correspondientes a otras decenas (treintaicinco, cuarentaitrés, cincuentaiocho, etc.): «Olvidé a Frieda y la versión treintaidós de esta su letanía» (Onetti Viento [Ur. 1979]); «Era la una y cincuentaicinco minutos» (MartiniFantasma [Arg. 1986]); pero todavía son mayoritarias las grafías complejas (treinta y cinco, cuarenta y tres, cincuenta y ocho, etc.). Son vulgares los compuestos correspondientes a la primera decena en los que se ha simplificado el diptongo: diciséis, dicisiete, diciocho, dicinueve. Tampoco son admisibles formas como treinticinco, cuarentiocho, cincuentiuno, etc., en las que se ha eliminado la -a final de la decena. Tanto en la grafía como en la pronunciación esmerada debe mantenerse el diptongo que hay en los compuestos de veinte (→ veintiuno), así como en treinta y sus compuestos (→ treinta); son, pues, vulgares formas como ventidós, trenta o trentaicinco, en lugar de veintidós, treinta y treinta y cinco (o treintaicinco). Por último, los cardinales correspondientes a la séptima y a la novena centenas son setecientos y novecientos, respectivamente (y no sietecientos ni nuevecientos).



3. Los cardinales, cuando son sustantivos, son siempre masculinos: el tres, un millón. Cuando funcionan como adjetivos o como pronombres carecen de variación de género, a excepción de uno y sus compuestos (→ uno, 2), que tienen formas específicas para el femenino: una, veintiuna, treinta y una, etc.; y de los correspondientes a las centenas, a partir de doscientos, cuyos femeninos adoptan la terminación -cientas (salvo quinientos, que tiene forma propia y cuyo femenino es quinientas): doscientas, trescientas, etc. El género del numeral lo determina el sustantivo al que se refiere: De las trescientas páginas que tiene el libro, me he leído cuarenta y una. En el caso de las centenas, el cardinal en función adjetiva debe concordar necesariamente en género con el sustantivo al que cuantifica, tanto si lo precede inmediatamente (doscientos kilos, trescientas toneladas) como si entre ellos se interpone otro elemento, por ejemplo, la palabra mil, si se trata de numerales complejos (doscientos mil kilos, trescientas mil toneladas). En lo que se refiere al cardinal uno y sus compuestos, la concordancia es obligada cuando el numeral precede inmediatamente al sustantivo: treinta y un kilos, veintiuna toneladas (no veintiún toneladas); pero si entre el numeral y el sustantivo femenino se interpone la palabra mil, la concordancia de género es opcional (→ uno, 2.2): veintiún mil toneladas o veintiuna mil toneladas.



4. Cuando el cardinal uno y sus compuestos se anteponen, en función adjetiva, a un sustantivo masculino, adoptan siempre la forma apocopada un: un libro, veintiún soldados, ciento un opositores. También es normal la apócope de la forma femenina una cuando el numeral precede a un sustantivo femenino que comienza por /a/ tónica: un águila, veintiún hachas, ciento un armas; pero no se considera incorrecto, aunque en la lengua actual es muy poco frecuente, utilizar en estos casos la forma plena una (→ uno, 2.1): una águila, veintiuna hachas, ciento una armas. Solo es correcta la apócope ante sustantivos; así pues, no debe decirse el treinta y un por ciento, sino el treinta y uno por ciento.



5. Cuando se usan como sustantivos, los cardinales sí presentan variación de número y adoptan el plural que les corresponde según su forma (ceros, unos, doses, treses, cuatros, cincos, seises, [...]dieces, onces, doces, treces, etc.): «Toda la historia empezó con una partida de dados, si antes de la tercera salen cinco seises te mato» (Cela Cristo [Esp. 1988]); «El cazador Rosario me sirvió cinco cartas: me tocaron tres doces» (Scorza Tumba [Perú 1988]). Cuando son adjetivos o pronombres, carecen de variación de número; por su significado, el cardinal uno solo se refiere a sustantivos singulares: Tengo solo un abrigo; Este mes solo me han puesto una multa; los demás cardinales, puesto que indican siempre cantidad superior a la unidad, solo se refieren a sustantivos plurales: Necesito que me prestes mil doscientos euros; Este mes ya llevo tres multas. El cardinal cero constituye un caso especial, pues aunque expresa ausencia de cantidad, se antepone siempre, como adjetivo, a sustantivos plurales: «De regreso a París, me encontré con [...] cero pesos en la cuenta bancaria» (Jodorowsky Danza [Chile 2001]).



6. Las voces millar, millón, millardo, billón, trillón y cuatrillón son sustantivos, a diferencia de los demás cardinales, cuya función primaria es adjetiva; por lo tanto, cuando estos numerales cuantifican por sí solos a un sustantivo, este debe ir necesariamente precedido de la preposición de: un millón de personas, dos billones de pesos; pero si, por formar parte de un numeral complejo, van seguidos de otros cardinales, el sustantivo cuantificado no va precedido de preposición: un millón doscientas mil personas. Lo mismo sucede si se escriben con números: 1 000 000 de personas, 1 200 000 personas.Además, estos sustantivos numerales, cuando se usan en singular, deben ir siempre precedidos de un determinante: Acudieron un millón doscientas mil personas (no Acudieron millón doscientas mil personas); Mañana te devolveré el millón de pesos que me prestaste. El caso de mil es especial, puesto que pertenece a ambas categorías: mil es el adjetivo cardinal correspondiente al número 1000:mil casas, mil personas; mientras que el plural miles es un sustantivo masculino sinónimo de millares (→ mil): miles de euros, muchos miles de personas, etc.



7. Cuando la cuantificación es imprecisa, los numerales cardinales se combinan con las expresiones y tantos e y pico (→ pico, 2).



8. Además de su uso propio para expresar cantidad, los cardinales se emplean a menudo, en el lenguaje corriente, para expresar orden, reemplazando en su función a los ordinales (→ ordinales): «Un pibe se cayó desde el piso once y se salvó» (Rovner Pareja [Arg. 1976]). Este fenómeno es tanto más frecuente cuanto mayor es el número de orden que debe expresarse; así, frente a expresiones comoel quincuagésimo séptimo aniversario, de carácter marcadamente culto, en la que se ha utilizado el ordinal propiamente dicho, encontramos con mucha más frecuencia, en la lengua corriente, el cincuenta y siete aniversario. Lo que no debe hacerse, en ningún caso, es mezclar ambas series, ordinales y cardinales, como ocurre en este ejemplo: «Se realizó [...] un homenaje a Roque Sáenz Peña con motivo de cumplirse el trigésimo un aniversario de su muerte» (Arenas Buenos Aires [Arg. 1979]); debió decirse el trigésimo primer aniversario o el treinta y un aniversario. Aunque el uso de los cardinales con valor ordinal es más frecuente cuando se refieren a números altos, también se da en referencia a números bajos; así, se dice tanto piso siete como séptimo piso o piso séptimo. En cuanto a su colocación, los cardinales con valor ordinal se anteponen a los sustantivos que designan acontecimientos, aniversarios o celebraciones, pero se posponen en el resto de los casos; así, se dice la cuarenta y una edición del festival, el treinta y cinco aniversario, pero no *la treinta y cinco página, sino la página treinta y cinco. Cuando el cardinal con valor ordinal se pospone a un sustantivo femenino, es posible la concordancia de género: la página doscientas, la habitación trescientas doce; pero suele ser más frecuente el uso en aposición del sustantivo masculino que corresponde al nombre del número:la página doscientos, la habitación trescientos doce. De manera general y sistemática se emplean siempre los cardinales para expresar orden en la designación de los años: (año) mil novecientos noventa y ocho, (año) dos mil uno, etc.; y de los días del mes: tres de diciembre, cuatro de octubre, etc., aunque para referirse al día uno puede usarse también el ordinal primero (→ primero, 3). En el caso de las series de papas y reyes con igual nombre, se utilizan, en la escritura, los números romanos (→ números, 3), que se leen como ordinales hasta el número diez (aunque en este último caso puede usarse también el cardinal): Felipe IV (se lee Felipe cuarto), Enrique VIII (Enrique octavo), Alfonso X (Alfonso décimo o diez); pero a partir del diez se leen siempre como cardinales: Luis XVI (Luis dieciséis), Juan XXIII (Juan veintitrés). Para referirse a los siglos, del i al x se usan indistintamente cardinales y ordinales, con preferencia culta por estos últimos: siglo i (se lee siglo primero o siglo uno),siglo ii (siglo segundo o siglo dos), etc.; pero del siglo xi en adelante, el uso general solo admite los cardinales: siglo xi (se lee siglo once), siglo xviii (siglo dieciocho), siglo xxi (siglo veintiuno), etc.



9. Los numerales que corresponden a las decenas se utilizan pospuestos a la palabra año para expresar la década correspondiente: los años treinta (→ década, 2).



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#34 Ge. Pe.

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Publicado el 08 noviembre 2012 - 02:46

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Currículum




Currículum es un préstamo del latín que se emplea en español con dos significados principales. Por un lado, es el historial profesional y académico de una persona. Ese es el sentido con el que aparece en (1). Por otro lado, puede referirse a un plan de estudios, como en (2):

(1) Te cogen el currículum, pero después nunca te llaman [El País (España), acceso: 6-11-2012]

(2) Pero para muchos la física es una de las materias más áridas de todo el currículum escolar; incluso más árida que la matemática [El País (Uruguay), acceso: 6-11-2012]

No hay necesidad de escribirlo en cursiva porque está plenamente integrado en el léxico de nuestra lengua.

A veces es sustituido por la castellanización currículo, como en (3). Esta castellanización es válida para los dos sentidos indicados arriba.

(3) Un estudiante al culminar el sexto grado de primaria debería, por lo menos, resolver problemas de la vida cotidiana y comprender lo que lee. Esto lo contempla el currículo académico que se desarrolla en el país desde 2007 [La Prensa (Nicaragua), acceso: 6-11-2012]

La norma académica es más partidaria de utilizar la forma castellanizada.

Como habrá notado el perspicaz lector, currículum lleva tilde. Esto es así porque los latinismos asentados se acentúan siguiendo las reglas generales.

Su plural es currículums (4). Se sigue aquí la regla general para la formación del plural de las palabras terminadas en -m, que simplemente añaden una -s.

(4) Cientos de candidatos envían sus currículums a las consultoras de recursos humanos esperando ser llamados para una entrevista [Universia Chile, acceso: 6-11-2012]

No obstante, hay que tener presentes un par de consideraciones a propósito del plural de esta palabra. En primer lugar, podemos recurrir a la forma currículo y formar, en consecuencia, un plural currículos, que es la opción favorita de las Academias y la que siguió el autor del ejemplo (5):

(5) Morales afianza el proceso de descolonización con los currículos regionalizados y el Instituto Plurinacional de Lenguas [La Razón (Bolivia), acceso: 6-11-2012]

En segundo lugar, hay que tener en cuenta que la expresión currículum vítae se mantiene invariable en plural:

(6) Los cosmonautas también envían sus currículum vítae [RT (Rusia), acceso: 6-11-2012]

La expresión currículum vítae admite dos pronunciaciones: [kurríkulum bíte] y [kurríkulum bítae]. Es preferible la primera, que es más sencilla y nos evita el peligro de desplazar el acento incorrectamente a la sílaba -ta-.

A partir del sustantivo currículo se ha creado un adjetivo curricular que es perfectamente correcto.

En fin, esto es otro artículo más en mi currículum.




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#35 Ge. Pe.

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Publicado el 22 noviembre 2012 - 12:37

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Ejercicios básicos: leísmo, laísmo y loísmo




Con estos ejercicios puedes comprobar si conoces el uso básico de los pronombres átonos de tercera persona o si tiendes a incurrir en leísmo, laísmo o loísmo. Cuando termines, consulta las soluciones.


1. Rellena los huecos con el pronombre adecuado (le, les, lo, los, la, las):


a) A Obdulia ____ gustan los ejercicios de leísmo, laísmo y loísmo.

b) ¿Dónde se mete tu hermano, que hace mucho que no ____ veo?

c) —¿Y el trombón? —¡Ay, me ____ he dejado en casa!

d) Llama a tus primas, lláma____, que no se pierdan la final del campeonato de ajedrez.

e) Cuando por fin regresó la orquesta sinfónica de su gira, toda la ciudad ____ estaba esperando.

f) Esa salsa tienes que mezclar____ bien con las verduras.

g) Dicen que a aquellos biólogos todo el mundo ____ perseguía para pedirles autógrafos.

h) A Fortunata aquello fue lo que ____ llevó a la ruina.

i) A ver, ¿dónde habéis metido el botón rojo? Devolvédse____ a vuestro padre ahora mismo.

j) —¿Qué fue del consejo de administración de aquel banco? —____ detuvieron cuando intentaban cruzar la frontera.


2. Indica si los pronombres destacados en negrita son correctos o incorrectos. Si son incorrectos, corrígelos.


a) A Teodoro sus padres solo le daban disgustos.

b) Qué bien le sienta a tu sobrina la mitra, parece mentira.

c) No la pegues más a la pobre alfombra.

d) Dalo una vueltecita y listo.

e) Dila a tu hermana que deje de imitar a la niña de El exorcista.

f) ¿Pero este es tu hijo? Si no le conocía con esos piercings.

g) ¿Pero esta es tu hija? Si no le conocía con esos piercings.

h) ¿Pero este es tu hijo? Si no lo conocía con esos piercings.

i) Las principales agencias de inteligencia del mundo llevaban varios años espiándoles.

j) Me quedé allí agazapado escuchándolos.






Soluciones a ejercicios básicos de leísmo, laísmo y loísmo





Estas son las soluciones a los ejercicios básicos de leísmo, laísmo y loísmo. Cada respuesta vale 0,5 puntos. Es suficiente con que escribas el pronombre correcto, aunque aquí se dan algunas explicaciones adicionales para mayor claridad.


1.

a) le [es complemento indirecto]

b) Hay dos soluciones correctas. Los hablantes leístas pueden decir aquí tranquilamente le porque es un leísmo de persona singular en masculino. El resto de los hablantes dirán lo.

c) lo [es complemento directo]

d) las [es complemento directo]

e) la [es complemento directo]

f) la [es complemento directo]

g) los [es complemento directo]

h) la [es complemento directo]

i) lo [es complemento directo]

j) Los [es complemento directo]


2.

a) Es correcto porque es un complemento indirecto.

b) Es correcto. Nuevamente, se trata de un complemento indirecto. Sentar, en este sentido, no admite complemento directo.

c) Es incorrecto (se trata de un caso de laísmo). Debe decir le. En la oración no aparece de manera expresa el complemento directo (golpes o algo similar), pero sintácticamente sigue estando ahí.

d) Debe decir le, puesto que ese pronombre desempeña la función de complemento indirecto y una vueltecita, la de directo. Tal como está redactado el ejemplo original, lo que tenemos es un caso de loísmo.

e) Le: una vez más se trata de un complemento indirecto, por lo que la oración original contiene un caso de laísmo. El complemento directo es la oración subordinada que deje de imitar a la niña de El exorcista.

f) En este caso le es correcto porque se trata de un complemento directo de persona, masculino y en singular. Es el único tipo de leísmo que está admitido en la norma. La mayoría de los hablantes de español utilizan aquí lo, como en la oración h), que también es correcta.

g) Debemos decir la. Lo que tenemos aquí es un caso de leísmo femenino, que siempre es incorrecto.

h) Es correcta (ya se indicó arriba).

i) Espiándolos. Lo que teníamos era un caso de leísmo de persona en plural. No hay posibilidad de que sea correcto.

j) Es correcto. Funciona como complemento directo.




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#36 Ge. Pe.

Ge. Pe.

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Publicado el 22 noviembre 2012 - 12:43

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Addendum a # 36



Fuente RAE


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LEÍSMO





1. Es el uso impropio de le(s) en función de complemento directo, en lugar de lo (para el masculino singular o neutro), los (para el masculino plural) y la(s) (para el femenino), que son las formas a las que corresponde etimológicamente ejercer esa función ( pronombres personales átonos, 1).



2. Los pronombres le, les proceden, respectivamente, de las formas latinas de dativo illi, illis. El dativo es el caso de la declinación latina en el que se expresaba el complemento indirecto. Por ello, la norma culta del español estándar establece el uso de estas formas para ejercer dicha función, independientemente del género del sustantivo al que se refiere el pronombre: «Conocí a un cirujano plástico a quien le conté mi problema» (Tiempo [Col.] 1.12.87); «Yo nunca le conté a mi madre que había visto agonizando [...] al hijo del Ferroviario» (Asenjo Días [Esp. 1982]); «Al despedirlos les di veinte pesos» (Ibargüengoitia Crímenes [Méx. 1979]). Por tanto, son casos de leísmo usos como los siguientes, en los que le funciona como complemento directo: «Era Huayna Cápac, según dicen muchos indios que le vieron y conocieron, de no muy gran cuerpo» (Salvador Ecuador [Ec. 1994]); «Los romanos [...] solían cocinarle [el cerdo] entero» (VV. AA. Matanza [Esp. 1982]). Debido a su extensión entre hablantes cultos y escritores de prestigio, se admite el uso de le en lugar de lo en función de complemento directo cuando el referente es una persona de sexo masculino: «Tu padre no era feliz. [...] Nunca le vi alegre» (TBallester Filomeno [Esp. 1988]). Sin embargo, el uso de les por los cuando el referente es plural, aunque no carece de ejemplos literarios, no está tan extendido como cuando el referente es singular, por lo que se desaconseja en el habla culta: «Casi nunca les vi con chicas» (Vistazo [Ec.] 3.4.97). El leísmo no se admite de ningún modo en la norma culta cuando el referente es inanimado: El libro que me prestaste le leí de un tirón; Los informes me les mandas cuando puedas. Y tampoco se admite, en general, cuando el referente es una mujer: Le consideran estúpida, aunque existen algunos casos en que el leísmo femenino de persona no se considera incorrecto ( 4f y g).


3. El leísmo, al igual que otros fenómenos paralelos relacionados con el uso antietimológico de los pronombres átonos de tercera persona ( laísmo y loísmo), surge en Castilla durante la Edad Media. Todos estos fenómenos parecen deberse al nacimiento, en época temprana de la evolución del castellano, de una tendencia que, a diferencia de lo que ocurría en latín, en lugar de distinguir funciones gramaticales a través de las distintas formas pronominales —le(s) para el complemento indirecto y lo(s), la(s) para el complemento directo—, tiende a diferenciar entre masculino y femenino, por un lado, y entre persona y cosa por otro; también influye en muchos casos la condición de contable o no contable del referente. Muy a grandes rasgos, la distribución, en este nuevo sistema, sería la siguiente: le(s) para el masculino de persona; lo(s) para el masculino de cosa, y la(s) para el femenino de persona y de cosa. El leísmo se documenta desde los primeros textos medievales castellanos. No obstante, en el sigloxiii, época de la reconquista de casi toda Andalucía, este fenómeno no se hallaba lo suficientemente extendido como para instalarse en la norma andaluza y, por consiguiente, tampoco caló en el español atlántico (Canarias e Hispanoamérica). Así pues, y en líneas muy generales, suelen distinguirse dos zonas: una marcadamente leísta, que abarca el área central y noroccidental de Castilla —junto con focos aislados en ciertos países hispanoamericanos— y otra no leísta, que abarca la mayor parte del mundo hispánico.



4. El panorama, sin embargo, dista mucho de ser sencillo. Por una parte, el leísmo no es un fenómeno que se dé uniformemente en las zonas consideradas leístas; por otra, en las zonas no leístas se documentan casos de leísmo, algunos solo aparentes, explicables por distintas razones:


a) Los verbos llamados de «afección psíquica» —los que designan procesos que afectan al ánimo o producen acciones o reacciones emotivas, como afectar, asustar, asombrar, convencer, divertir, impresionar, molestar, ofender, perjudicar, preocupar, etc.—, dependiendo de distintos factores, admiten el uso de los pronombres de acusativo —lo(s), la(s)— y de los pronombres de dativo —le(s)—. La elección de unos u otros depende básicamente de si el sujeto es o no agente activo de la acción y del grado de voluntariedad que tiene o se le atribuye con respecto a la acción designada por el verbo: si el sujeto es animado y se concibe como agente de la acción, el complemento verbal suele considerarse directo y se usan los pronombres de acusativo (A mi madre la asombro cuando como mucho); si el sujeto es inanimado o es una oración y, por tanto, no puede ser concebido como agente directo de la acción, el complemento se considera indirecto y se usan los pronombres de dativo (A mi madre le asombra mi apetito). Por otro lado, con sujetos animados puede darse también esta alternancia, dependiendo de si la acción denotada por el verbo es realizada voluntariamente o no por el sujeto: Su padre, que se había disfrazado, lo asustó (le dio un susto a propósito) / Su padre, que se había disfrazado, le asustó (el susto es involuntario; lo causa el hecho de ir disfrazado). Con sujetos no animados influyen también otros factores; por ejemplo, cuando el sujeto va antepuesto, es más frecuente el uso del pronombre de complemento directo (Mi actitud lo decepcionó), mientras que, cuando el sujeto va pospuesto, es más frecuente el uso del pronombre de complemento indirecto (Nunca le decepciona mi actitud). La distribución antes señalada se documenta en zonas no leístas tanto españolas como americanas: «Su hermano lo escandalizó» (Alviz Son [Esp. 1982]); «A mi madre le escandalizaba que dijera aquellas blasfemias» (Asenjo Días [Esp. 1982]); «Agarra a una mujer que baila,la asusta y luego se revuelca con el pintor encima de la barra del bar» (Paranaguá Ripstein [Méx. 1997]); «De pronto le asustó morir» (Pitol Juegos [Méx. 1982]). En el Perú y en los países del Cono Sur se usan de modo casi exclusivo con estos verbos las formas propias del complemento directo: «La entrevista lo disgustaba» (VLlosa Ciudad [Perú 1962]); «Ese pensamiento lo preocupa»(Guido Incendio [Arg. 1964]); «A Max siempre lo asombraban estas pequeñas cosmogonías» (Contreras Nadador [Chile 1995]).


b) Los llamados «verbos de influencia» —los que expresan acciones que tienen como objetivo influir en una persona para que realice una determinada acción, como autorizar, ordenar, invitar (‘animar’),permitir, exhortar, etc.—, forman parte de la siguiente estructura: «verbo de influencia + complemento de persona + verbo subordinado, en infinitivo o precedido de que, o un nombre de acción»: Le ordené ejecutar la sentencia / Le ordené que ejecutara la sentencia / Le ordené la ejecución de la sentencia. El complemento de persona es indirecto con los verbos permitir, prohibir, proponer, impedir, mandar y ordenar: «Esa experiencia le permitió vivir a su manera» (Alberto Eternidad [Cuba 1992]); «Le prohibió salir de la capital hasta nueva orden» (Tribuna [Hond.] 18.6.97);«Le propuso hacer un viaje a la costa» (Landero Juegos [Esp. 1989]); «La penumbra le impide ver con claridad» (Schmidhuber Ventana [Méx. 1985]); «Quién le manda soltar pendejadas»(Medina Cosas [Méx. 1990]); «La Policía les ordenó que no lo hicieran» (Clarín [Arg.] 18.4.97). Por el contrario, el complemento de persona es directo con los verbos de influencia que llevan, además, un complemento de régimen, esto es, un complemento precedido de preposición, como obligar a, invitar a, convencer de, incitar a, animar a, forzar a, autorizar a, etc.: «Una barrera losobligó a desviarse» (Fuentes Cristóbal [Méx. 1987]); «La convenció de que vendiera un anillo de brillantes» (Allende Casa [Chile 1982]); «Ella lo incitó a seguirla» (Martini Fantasma [Arg. 1986]).

Los verbos hacer y dejar, cuando tienen sentido causativo, esto es, cuando significan, respectivamente, ‘obligar’ y ‘permitir’, siguen la misma estructura que los verbos de influencia: «verbo causativo + complemento de persona + verbo subordinado». Tanto hacer como dejar tienden a construirse con complemento directo si el verbo subordinado es intransitivo: «Él la hizo bajar a su estudio y le mostró el cuadro» (Aguilera Caricia [Méx. 1983]); «Lo dejé hablar» (Azuela Tamaño [Méx. 1973]); y tienden a construirse con complemento indirecto cuando el segundo verbo es transitivo: «Alguien lo ayudó a incorporarse, lo estimuló y hasta le hizo tomar café» (JmnzEmán Tramas [Ven. 1991]); «El alcaide de la cárcel le dejaba tocar el banjo todas las mañanas» (Cela Cristo [Esp. 1988]).


c) Cuando los «verbos de percepción» ver y oír se construyen con un complemento de persona y una oración de infinitivo en función de complemento predicativo, el complemento de persona es directo:«Lo vimos subirse a un taxi» (Marías Corazón [Esp. 1992]); «Nadie la oyó gritar» (Santiago Sueño [P. Rico 1996]); «La vi besarlo» (Rossi María [C. Rica 1985]). No obstante, cuando el infinitivo es un verbo transitivo que lleva a su vez un complemento directo, no es raro usar los pronombres de dativo le, les para representar el complemento de persona: «Yo también le oí decir eso» (RulfoPáramo [Méx. 1955-80]); «Una vez le vi servir una ensalada» (Puig Beso [Arg. 1976]). En estos casos, el complemento de persona presenta rasgos de complemento indirecto, como su conversión ense ante el pronombre que representa el complemento directo del infinitivo ( se, 1a): Vi a Pedro guardar el informe > Se lo vi guardar; Oí a María cantar una canción > Se la oí cantar. Sin embargo, cuando el complemento directo del infinitivo es una persona, el complemento de persona del verbo principal no admite ser representado por se: Vi a Pedro abrazar a su padre > *Se lo vi abrazar; Oí a María insultar a su vecina > *Se la oí insultar.


d) Hay verbos que se construyen con complemento directo de cosa e indirecto de persona: El camarero sirvió la cerveza a Pedro; Robaron el bolso a María; El atracador pegó una paliza a la dependienta; El acusado escribió una carta al juez; El médico curó la herida al torero, etc. Con muchos de estos verbos es frecuente omitir el complemento directo por estar implícito o sobrentendido. Cuando esto ocurre, el complemento de persona, antes indirecto, pasa a funcionar como complemento directo si es posible la transformación en pasiva y el enunciado pasivo mantiene el mismo significado que el activo: El médico curó al torero / El médico lo curó (admite la pasiva sin cambio de significado: El torero fue curado por el médico). Si no es posible la pasiva, o si el enunciado pasivo implica un cambio de sentido con respecto a la oración activa, el complemento de persona sigue funcionando como complemento indirecto: Escribí a mi hija / Le escribí (ya que no es posible la pasiva *Mi hija fue escrita por mí); Abrió a su vecino / Le abrió (no es posible la pasiva *Su vecino fue abierto sin que implique un cambio de sentido).


e) Otro grupo que ofrece confusión es el formado por verbos que han cambiado o están cambiando su régimen, esto es, que se construían habitualmente en el español medieval con pronombres de dativo, como en latín, y que hoy están pasando a construirse mayoritariamente con pronombres de acusativo, como es el caso de ayudar u obedecer. Este proceso de cambio no se ha dado de manera uniforme en todas las áreas. Así, en las zonas no leístas del norte de España el régimen habitual es el dativo: «Vidal le ayudó. Y entre los dos lograron acercarlo al desmonte» (Aparicio Retratos [Esp. 1989]); en América está prácticamente generalizado el acusativo, sobre todo en los países del Cono Sur: «Natí lo ayudó a subir» (RBastos Hijo [Par. 1960]); Andalucía y Canarias son zonas de vacilación: «Loayudó a subir» (CBonald Noche [Esp. 1981]); «Ella le ayudó a recostarse en un sofá» (MñzMolina Invierno [Esp. 1987]).


f) Es habitual que en las oraciones impersonales con se ( se, 2.1a) el complemento directo, especialmente cuando es masculino, se exprese con las formas de dativo y no con las de acusativo, como correspondería a la función desempeñada: Se le considera el mejor actor de su tiempo; Se les vio merodeando por la zona. Parece demostrado que este tipo de oraciones se construían originariamente en castellano con pronombres de dativo. El uso de le(s) se ha mantenido mayoritariamente, tanto en España como en gran parte de América, cuando el complemento directo es masculino: «A su bisabuelo hoy no le hubieran permitido vivir como vivió: se le consideraría como un ejemplo de inmoralidad» (TBallester Filomeno [Esp. 1988]); «Se le vio [al niño] algunas veces contento» (VLlosa Tía[Perú 1977]); «Se le obligó a aceptar el régimen de encomienda» (Fuentes Ceremonias [Méx. 1989]); «En los puertos y rincones del Caribe se le conoció siempre como Wito» (Mutis Ilona [Col. 1988]); «Al rey se le veía poco» (UPietri Visita [Ven. 1990]); sin embargo, cuando el complemento directo es femenino, lo normal es usar la(s): «Se la veía muy contenta» (VLlosa Tía [Perú 1977]); aunque no faltan ejemplos de le(s): «Tan enamorada se le observaba, tan desencajadamente arrebolada se le veía» (Vergés Cenizas [R. Dom. 1980]). Se trata, pues, de un caso especial en el que se emplean desde los orígenes las formas de dativo en función de complemento directo. No obstante, muchos hablantes, conscientes de que la función que cumple el pronombre en ese tipo de oraciones es la de complemento directo, emplean en estos casos los pronombres de acusativo, uso generalizado en los países del Cono Sur: «Se lo veía zigzaguear entre los autos» (Cortázar Reunión [Arg. 1983]);«¡No se lo puede andar molestando por trivialidades!» (Magnabosco Santito [Ur. 1990]); «Nunca se lo vio ladrar ni gruñir» (Allende Casa [Chile 1982]).


g) Otro caso de leísmo generalizado en todo el mundo hispánico es el llamado «leísmo de cortesía». Se trata del uso de le(s) en función de complemento directo cuando el referente es un interlocutor al que se trata de usted. Este leísmo se justifica por el deseo de evitar la ambigüedad de sentido que acarrearía el uso de los pronombres de acusativo lo(s), la(s), ya que estos podrían referirse tanto a un interlocutor presente como a una tercera persona no partícipe en la conversación: «Ande, y discúlpelo [a él], que yo en seguida le acompaño [a usted]» (MDíez Expediente [Esp. 1992]); «Que Dios leacompañe y le proteja. Yo aquí le espero» (Chao Altos [Méx. 1991]); «¿Quiere que le acompañe? [Dirigido a una mujer]» (Rossetti Alevosías [Esp. 1991]). No obstante, también se documentan ejemplos en los que no se da este tipo de leísmo, especialmente en el Perú y los países del Cono Sur: «Lo acompaño, sargento» (Scorza Tumba [Perú 1988]). Aunque el «leísmo de cortesía» no está tan generalizado cuando el interlocutor es femenino, debe considerarse aceptable, especialmente en fórmulas fijas de saludo o despedida del tipo Le saluda atentamente y similares.



5. En algunas zonas de España y América se producen casos de leísmo debidos al contacto del español con otras lenguas que se caracterizan por no contar con distinción de género y por marcar el número y el caso de forma muy diferente al español. Estas lenguas son el quechua, el aimara, el guaraní y el vasco. Las confusiones tienen su origen en la dificultad que plantea el uso correcto del español a los hablantes que normalmente se expresan en esas otras lenguas. En muchos casos estos usos no son exclusivos de los hablantes bilingües de escasa formación, sino que, en general, han pasado a formar parte del habla corriente de las respectivas zonas, pero no se consideran admisibles desde el punto de vista de la norma culta estándar (salvo el leísmo de persona con referente masculino singular; 2):


a) En el Ecuador, el contacto con el quechua (allí llamado quichua) da lugar a la utilización exclusiva de le(s), independientemente de la función sintáctica que desempeña el pronombre y del género de su antecedente: «Le encontré acostada» (Icaza Cholos [Ec. 1938] 176).


b) En las zonas andinas del Perú, Bolivia y el noroeste de la Argentina, el español ha convivido o convive con el quechua y el aimara. Como consecuencia de esta coexistencia, a veces se documentan en estas zonas usos de le(s) en función de complemento directo, tanto masculino como femenino, especialmente si el referente es animado: «Los policías le cogieron de la cintura, le levantaron en vilo y lelanzaron a la caja del camión» (Ribeyro Geniecillos [Perú 1983]).


c) En el Paraguay, el guaraní es lengua oficial junto con el español. El bilingüismo es prácticamente general y la consecuencia principal de la influencia del guaraní en el español hablado en esta zona es el uso exclusivo de le con referentes tanto animados como inanimados, independientemente de la función sintáctica del pronombre y del género de su antecedente: «Si vos esa pregunta le trasladás a Oviedo yle trasladás a Nenín Viveros Cartes y te dicen la misma cosa [...], quiere decir que es un verdadero genio, Nicolás» (Abc [Par.] 19.12.96). En ciertas zonas del noreste de la Argentina, el español se halla en contacto con el guaraní, por lo que se encuentran manifestaciones leístas semejantes a las paraguayas. Sin embargo, no están tan extendidas entre las capas cultas por el influjo que en estas ejerce la norma estándar nacional, que rechaza fuertemente el leísmo.


d) En el País Vasco y norte de Navarra, zonas del norte de España en las que el español se halla en contacto con el euskera, se emplea le(s) para el complemento directo, con referente tanto animado como inanimado, y con independencia del género del antecedente: «Ignoro si tiene usted hogar o no le tiene» (Unamuno Niebla [Esp. 1914]); «Si no por Isabel, vaya si me echo novia allí, que leconocí a una tal Rosita, sobrina de un cura, como para volverle loco a cualquiera» (SchzMazas Andía [Esp. 1956]).


e) En el español hablado en Cantabria (España) se utiliza la forma le para el complemento directo masculino cuando el antecedente es un nombre singular contable, mientras que se utiliza como forma únicalo cuando el antecedente del complemento directo es incontable, independientemente de su género y su número ( loísmo, 6b): El coche [contable] le compramos hace un año; La hierba [no contable] lo guardamos para el invierno.




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#37 Ge. Pe.

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Publicado el 25 noviembre 2012 - 11:48

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COMA


Signo de puntuación (,) que indica normalmente la existencia de una pausa breve dentro de un enunciado. Se escribe pegada a la palabra o el signo que la precede y separada por un espacio de la palabra o el signo que la sigue. No siempre su presencia responde a la necesidad de realizar una pausa en la lectura y, viceversa, existen en la lectura pausas breves que no deben marcarse gráficamente mediante comas. Aunque en algunos casos el usar la coma en un determinado lugar del enunciado puede depender del gusto o de la intención de quien escribe, existen comas de presencia obligatoria en un escrito para que este pueda ser correctamente leído e interpretado. A continuación se exponen los usos normativos de la coma.



1. Usos lingüísticos


1.1. Para delimitar incisos. Deben utilizarse dos comas, una delante del comienzo del inciso y otra al final. En este caso, la coma sí indica pausa y el inciso se lee en un tono más grave que el del resto del enunciado. La mayor parte de las veces puede alternar, en este uso, con la raya (→ raya) y con los paréntesis (→ paréntesis, 2a). Los incisos pueden ser:

1.1.1. Aposiciones explicativas: Cuando llegó Adrián, el marido de mi hermana, todo se aclaró.

1.1.2. Adjetivos explicativos pospuestos al sustantivo u oraciones adjetivas explicativas: Los soldados, cansados, volvieron al campamento con dos horas de retraso (se explica que los soldados estaban cansados, de ahí que se retrasaran); o La casa, que está al borde del mar, es muy luminosa (se explica que la casa de la que se habla está al borde del mar). Por el contrario, si el adjetivo o la oración adjetiva tienen función especificativa, no se escriben entre comas: Los soldados cansados volvieron al campamento con dos horas de retraso (se especifica que, del total de los soldados, algunos, los que estaban cansados, llegaron con retraso); o La casa que está al borde del mar es muy luminosa (se especifica que, de entre todas las casas que hay en una zona determinada, se habla de la que está situada al borde del mar).

1.1.3. Expresiones u oraciones de carácter accesorio, sin vinculación sintáctica con los elementos del enunciado en el que se insertan: Tus rosquillas, ¡qué delicia!, son las mejores que he probado en mi vida; Se presentó a comer, dime tú si no es para matarlo, con diez amigotes y sin avisar.

1.1.4. Cualquier otra clase de comentario, explicación o precisión a algo dicho: Toda mi familia, incluido mi hermano, estaba de acuerdo; El buen gobernante, según sostenía un célebre político, debe estar siempre preparado para abandonar el poder.


1.2. Para separar o aislar elementos u oraciones dentro de un mismo enunciado

1.2.1. La coma separa los elementos de una enumeración, siempre que estos no sean complejos y ya contengan comas en su expresión, pues, en ese caso, se utiliza el punto y coma (→ punto y coma, 3a): Ayer me compré dos camisas, un pantalón, una chaqueta y dos pares de zapatos.
Cuando la enumeración es completa o exhaustiva, el último elemento va introducido por una conjunción (y, e, o, u, ni), delante de la cual no debe escribirse coma:
Es un chico muy reservado, estudioso y de buena familia.
No le gustan las manzanas, las peras ni los plátanos.
¿Quieres té, café o manzanilla?
Si la enumeración es incompleta y se escogen solo algunos elementos representativos, no se escribe conjunción alguna ante el último término, sino coma. La enumeración puede cerrarse con etcétera (o su abreviatura etc.), con puntos suspensivos (→ puntos suspensivos, 2g) o, en usos expresivos, simplemente con punto:
Acudió toda la familia: abuelos, padres, hijos, cuñados, etc.
Estamos amueblando el salón; hemos comprado el sofá, las alfombras, la lámpara...
Todo en el valle transmite paz: los pájaros, el clima, el silencio.

1.2.2. Se separan mediante comas los miembros gramaticalmente equivalentes dentro de un mismo enunciado. Al igual que en el caso anterior, si el último de los miembros va introducido por una conjunción (y, e, o, u, ni), no se escribe coma delante de esta:
Llegué, vi, vencí.
Estaba preocupado por su familia, por su trabajo, por su salud.
No te vayas sin correr las cortinas, cerrar las ventanas, apagar la luz y echar la llave.
No obstante, existen casos en que la conjunción sí puede ir precedida de coma (→ 2).

1.2.3. Se aíslan entre comas los sustantivos que funcionan como vocativos, esto es, que sirven para llamar o nombrar al interlocutor: Javier, no quiero que salgas tan tarde; Has de saber, muchacho, que tu padre era un gran amigo mío; Venid aquí inmediatamente, niños. Cuando los enunciados son muy breves, se escribe igualmente coma, aunque esta no refleje pausa alguna en la lectura: No, señor; Sí, mujer.

1.2.4. Se escriben entre comas las interjecciones o locuciones interjectivas: Bah, no te preocupes; No sé, ¡ay de mí!, cuánto tiempo más voy a poder soportarlo.

1.2.5. Se escribe coma para separar el sujeto de los complementos verbales cuando el verbo está elidido por haber sido mencionado con anterioridad o estar sobrentendido:
Su hijo mayor es rubio; el pequeño, moreno.
Los que no tengan invitación, por aquella puerta.
Nueve por tres, veintisiete.

1.2.6. Se escribe coma delante de cada una de las oraciones o elementos coordinados encabezados por adverbios correlativos que funcionan como conjunciones distributivas o disyuntivas, como bien..., bien...; ora..., ora...; ya..., ya...: Organizaremos la fiesta, bien en tu casa, bien en la mía; «Medio atarantado dentro del huevo de metal, ora oliéndose a sí mismo, ora las exudaciones de las láminas» (Fuentes Cristóbal [Méx. 1987]); «Habrá quienes estén de acuerdo con el jeque Abdula, ya porque se quieran ir al desierto con él, ya porque compartan su pesimismo sobre el futuro» (Schwartz Conspiración [Esp. 1982]).
También se escribe coma delante de la correlación disyuntiva o bien..., o bien (a veces, uno de los dos términos se encabeza simplemente con o): «Al dar la pelota en uno de los nervios del lomo de la piel holandesa, o bien rebotaba tan fulmínea, o bien perdía su elasticidad» (Lezama Paradiso [Cuba 1966]); «Los adultos, [...] a partir de cierta edad, o bien tenían los síntomas sin las enfermedades, o algo peor: enfermedades graves con síntomas de otras inofensivas» (GaMárquez Amor [Col. 1985]).
Se separan por comas las oraciones yuxtapuestas de sentido distributivo: Unos se ganaban la vida cazando, otros pescando, los más cultivando los campos; también las expresiones correlativas que reproducen un mismo esquema gramatical, propias de dichos populares o fórmulas fijas: Hecha la ley, hecha la trampa; Ojo por ojo, diente por diente.

1.2.7. Es conveniente escribir coma delante de excepto, salvo y menos: «Todo me irrita, excepto la soledad» (Millás Desorden [Esp. 1988]); «Cristina siempre estaba a mano, salvo cuando se daba una comilona de ratones» (Rossi María [C. Rica 1985]); «Los pobres lo perdonan todo, menos el fracaso» (Sepúlveda Viejo [Chile 1989]).

1.2.8. Se escribe coma delante de las conjunciones o locuciones conjuntivas que unen las oraciones incluidas en una oración compuesta, en los casos siguientes:

a) Ante oraciones coordinadas adversativas introducidas por pero, mas, aunque, sino (que): Hazlo si quieres, pero luego no digas que no te lo advertí.
b) Ante oraciones consecutivas introducidas por conque, así que, de manera que, etc.: Prometiste acompañarla, así que ahora no te hagas el remolón.
c) Ante oraciones causales lógicas o explicativas, también llamadas «de la enunciación»: Ha llovido, porque está el suelo mojado. Por el contrario, las causales puras o reales, también llamadas «del enunciado», no se introducen mediante coma: El suelo está mojado porque ha llovido. La diferencia entre un tipo de causales y otro es que las causales propiamente dichas expresan la causa real del hecho enunciado en la principal (El suelo está mojado porque ha llovido: la lluvia es la causa real de que el suelo esté mojado), mientras que las lógicas o explicativas no introducen la causa real de lo expresado en la oración principal, sino el hecho que permite al que habla afirmar o enunciar la oración principal (Ha llovido, porque está el suelo mojado: lo que me lleva a afirmar que ha llovido es que el suelo está mojado).

1.2.9. Se escribe coma para separar los dos términos de la construcción copulativa intensiva no solo..., sino (también)...: Sus palabras fueron consideradas ofensivas no solo por mí, sino (también) por todos los presentes.

1.2.10. Cuando se invierte el orden regular de las partes de un enunciado, anteponiendo al verbo elementos que suelen ir pospuestos, se escribe coma detrás del bloque anticipado en los casos siguientes:

a) En las oraciones simples, cuando los complementos circunstanciales preceden al verbo, salvo que sean muy cortos: En aquellos calurosos días de principios del verano pasado, la convivencia era idílica (pero En casa no puedo estudiar). Cuando otros complementos verbales (directos, indirectos, complementos de régimen, etc.) anticipan su aparición, no debe escribirse coma cuando la intención es destacar o enfatizar el elemento anticipado: Vergüenza debería darte; Muy contento estás tú. Sin embargo, cuando el elemento anticipado simplemente expresa el tema del que se va a decir algo, la coma es opcional: De dinero, no hablamos nunca / De dinero no hablamos nunca; Carne, no suelo comer mucha / Carne no suelo comer mucha. En este último caso, la presencia de la coma es más conveniente cuanto más largo es el fragmento anticipado: La costumbre de hacer regalos a los niños cuando terminan las clases, nunca la hemos seguido en mi casa.

b) En las oraciones compuestas, cuando la subordinada adverbial precede a la principal: Si vas a llegar tarde, no dejes de avisarme; Aunque no lo creas, es verdad; Antes de entrar, dejen salir; Dicho esto, el diputado bajó del estrado. También en estos casos, si la subordinada es muy breve, puede prescindirse de la coma: Si lo sé no vengo.

1.2.11. Se escribe coma detrás de determinados enlaces como esto es, es decir, a saber, pues bien, ahora bien, en primer lugar, por un/otro lado, por una/otra parte, en fin, por último, además, con todo, en tal caso, sin embargo, no obstante, por el contrario, en cambio y otros similares, así como detrás de muchos adverbios o locuciones adverbiales que modifican a toda la oración y no solo a uno de sus elementos, como efectivamente, generalmente, naturalmente, por regla general, etc.: Por lo tanto, los que no tengan invitación no podrán entrar al recinto; no obstante, podrán seguir el acto a través de pantallas instaladas en el exterior. Naturalmente, los invitados deben vestir de etiqueta. Si estas expresiones van en medio de la oración, se escriben entre comas: Estas palabras son sinónimas, es decir, significan lo mismo; los antónimos, en cambio, tienen significados opuestos.
Cuando las locuciones son de carácter anunciativo, es posible sustituir la coma por los dos puntos si se desea realizar una pausa mayor, de intención enfática (→ dos puntos, 1.7): Me voy ahora mismo de aquí; es más: no pienso volver nunca.

1.2.12. Se escribe coma detrás de los complementos encabezados por locuciones preposicionales de valor introductorio, del tipo en cuanto a, respecto de, con respecto a, en relación con, con referencia a, a tenor de, etc.: En cuanto a ti, no quiero volver a verte; A tenor de lo visto, no creo que cambie mucho la situación. De la misma manera, se pone coma detrás de los elementos encabezados por locuciones preposicionales o adverbiales de valor condicional, concesivo, final, causal, etc.: En ese caso, nos quedaremos en casa; A pesar de todo, conseguimos nuestro objetivo; Para eso, hubiera sido mejor que no hablaras; Aun así, nadie te lo va a agradecer.

1.2.13. Se escribe coma delante de una palabra que se acaba de mencionar cuando se repite para introducir una explicación sobre ella: Se compró la mejor moto que había en el mercado, moto que, a los pocos meses, acabó olvidada y polvorienta en el garaje.

1.2.14. La palabra etcétera (o su abreviatura etc.) se separa con coma del resto del enunciado: «Los bailes populares como la sardana, la jota, etcétera, estaban proscritos» (Mendoza Ciudad [Esp. 1986]); «Los bailes autóctonos, las peregrinaciones, etc., perduran hasta nuestros días» (Leyva Piñata [Méx. 1984]).

1.2.15. Se escriben entre comas los sobrenombres o seudónimos cuando se mencionan tras el nombre verdadero: «Se celebra hoy el 150 aniversario de la muerte de Simón Bolívar, el Libertador» (País [Esp.] 17.12.80); José Martínez Ruiz, Azorín, perteneció a la generación del 98. Al contrario que estos, los sobrenombres que no pueden utilizarse solos, sino que deben ir necesariamente acompañados del nombre propio, se unen a este sin coma: Alfonso II el Casto, Guzmán el Bueno, Lorenzo el Magnífico.

1.2.16. Es conveniente escribir entre comas la mención del autor cuando se pospone al título de la obra: La escultura El pensador, de August Rodin, es la más conocida de su autor.

1.2.17. En la datación de cartas y documentos, se escribe coma entre el lugar y la fecha: Santiago, 8 de enero de 1999; En Cartagena, a 16 de marzo de 2000; o entre el día de la semana y el del mes: Lunes, 23 de enero de 2002 (→ fecha, 6).

1.2.18. En las direcciones, en España se escribe coma entre el nombre de la calle y el número del inmueble: Calle del Sol, 34; Avenida de la Constitución, número 2.

1.2.19. Se separan mediante coma el nombre de una colección y el número del volumen correspondiente: Biblioteca de Autores Españoles, 24; Colección Melibea, 5.

1.2.20. Se usa la coma para separar los componentes de un nombre o expresión cuando, para integrarlos en una lista alfabética (bibliografía, índice, etc.), se ha invertido el orden normal de sus elementos:

Bello, Andrés: Gramática...
Cuervo, Rufino José: Diccionario de construcción...
— acentuación, reglas de
— puntuación, signos de


1.3. Para distinguir entre sentidos posibles de un mismo enunciado. Una misma secuencia de palabras puede tener varios significados dependiendo de cómo esté puntuada: Me he vestido, como me indicaron (me indicaron que me vistiera) / Me he vestido como me indicaron (me indicaron cómo debía vestirme). Si no se coloca coma detrás de mientras, esta palabra es conjunción: Mientras hizo lo que debía y todo salió bien, no hubo problemas; si va seguida de una coma, es un adverbio de tiempo: Mientras, hizo lo que debía y todo salió bien. Algo parecido ocurre con luego, que puede ser adverbio (‘después, más tarde’): Yo no estuve allí luego, me lo perdí; o conjunción consecutiva (‘así que, por lo tanto’): Yo no estuve allí, luego me lo perdí. De la misma manera, el adverbio así pasa de ser un conector oracional cuando va seguido de coma (‘entonces, por consiguiente’): Así, no hubo quien lo convenciera, a ser un modificador verbal cuando no la lleva (‘de esa manera’): Así no hubo quien lo convenciera.



2. Uso con las conjunciones copulativas y disyuntivas



El uso de la coma es incompatible con las conjunciones y, e, ni, o, u cuando este signo se utiliza para separar elementos de una misma serie o miembros gramaticalmente equivalentes dentro de un mismo enunciado (→ 1.2.1 y 1.2.2). Sin embargo, hay otros casos en que no solo el uso conjunto de la coma y la conjunción es admisible, sino necesario:

2.1. En una relación compuesta de elementos complejos que se separan unos de otros por punto y coma, delante de la conjunción que introduce el último de ellos se escribe una coma (o también un punto y coma; → punto y coma, 3a): En el armario colocó la vajilla; en el cajón, los cubiertos; en los estantes, los vasos, y los alimentos, en la despensa.

2.2. Se escribe coma delante de estas conjunciones cuando la secuencia que encabezan enlaza con todo el predicado anterior, y no con el último de sus miembros coordinados:

Pagó el traje, el bolso y los zapatos, y salió de la tienda.
No sé si ir de vacaciones a Francia o Italia, o quedarme en casa.


2.3. Cuando se enlazan miembros gramaticalmente equivalentes dentro de un mismo enunciado, si el último de ellos es semánticamente heterogéneo con respecto a los anteriores (es decir, no introduce un elemento perteneciente a la misma serie o enumeración), por indicar normalmente una conclusión o una consecuencia, se escribe coma delante de la conjunción: Pintaron las paredes de la habitación, cambiaron la disposición de los muebles, pusieron alfombras nuevas, y quedaron encantados con el resultado.

2.4. Es frecuente, aunque no obligatorio, que entre oraciones coordinadas se ponga coma delante de la conjunción cuando la primera tiene cierta extensión y, especialmente, cuando tienen sujetos distintos: La mujer salía de casa a la misma hora todas las mañanas, y el agente seguía sus pasos sin levantar sospechas; O vienes conmigo antes de que pierda la paciencia, o te quedas aquí para siempre.

2.5. Cuando la conjunción y tiene valor adversativo (equivalente a pero), puede ir precedida de coma: Le aconsejé que no comprara esa casa, y no hizo caso.

2.6. Debe escribirse coma delante o detrás de cualquiera de estas conjunciones si inmediatamente antes o después hay un inciso o cualquier otro elemento que deba ir aislado por comas del resto del enunciado: Mi abuelo, que era un gran aficionado a la poesía, y el maestro del pueblo fundaron una revista literaria; Puedes venir con nosotros o, por el contrario, quedarte en casa todo el día.



3. Usos incorrectos



3.1. Es incorrecto escribir coma entre el sujeto y el verbo de una oración, incluso cuando el sujeto está compuesto de varios elementos separados por comas: Mis padres, mis tíos, mis abuelos, me felicitaron ayer. Cuando el sujeto es largo, suele hacerse oralmente una pausa antes del comienzo del predicado, pero esta pausa no debe marcarse gráficamente mediante coma: Los alumnos que no hayan entregado el trabajo antes de la fecha fijada por el profesor || suspenderán la asignatura.

Dos son las excepciones a esta regla: cuando el sujeto es una enumeración que se cierra con etcétera (o su abreviatura etc.) y cuando inmediatamente después del sujeto se abre un inciso o aparece cualquiera de los elementos que se aíslan por comas del resto del enunciado. En esos casos aparece necesariamente una coma delante del verbo de la oración: El novio, los parientes, los invitados, etc., esperaban ya la llegada de la novia; Mi hermano, como tú sabes, es un magnífico deportista.

3.2. No debe escribirse coma delante de la conjunción que cuando esta tiene sentido consecutivo y va precedida, inmediatamente o no, de tan(to) o tal: «Dependían tanto uno del otro que la confianza era imposible» (Saer Entenado [Arg. 1988]); «La situación había llegado a tal punto que ya no era posible ocultarla» (UPietri Visita [Ven. 1990]).

3.3. No se escribe coma detrás de pero cuando precede a una oración interrogativa o exclamativa: Pero ¿dónde vas a estas horas?; Pero ¡qué barbaridad!

3.4. El uso de la coma tras las fórmulas de saludo en cartas y documentos es un anglicismo ortográfico que debe evitarse; en español se emplean los dos puntos (→ dos puntos, 1.4): Querido amigo, / Te escribo esta carta para comunicarte... Debe ser: Querido amigo: / Te escribo esta carta para comunicarte...



4. Usos no lingüísticos



En las expresiones numéricas escritas con cifras, la normativa internacional establece el uso de la coma para separar la parte entera de la parte decimal. La coma debe escribirse en la parte inferior del renglón, nunca en la parte superior: π = 3,1416. Pero también se acepta el uso anglosajón del punto, normal en algunos países hispanoamericanos (→ punto, 4.4): π = 3.1416.




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#38 Ge. Pe.

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ALBERTO BUSTOS



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Mayúscula y minúscula tras puntos suspensivos




Se escribe mayúscula después de los puntos suspensivos cuando el enunciado se da por cerrado, como en (1):

(1) Pues no sé… Pásese por aquí mañana por si le podemos informar

En cambio, se escribe minúscula si el enunciado únicamente queda suspendido para retormarse a continuación:

(2) Los jueves… a mí… no es que me venga muy bien

Nótese que cerrado no es aquí lo mismo que completo. Por su naturaleza, los puntos suspensivos tienden a dejar los enunciados incompletos, pero si ya no vamos a continuar con ese enunciado, sino que vamos a empezar otro diferente, utilizaremos la mayúscula a continuación. Si, por el contrario, retomamos el hilo y acabamos lo que habíamos dejado a medias, habrá que escribir con minúscula para indicar que nos mantenemos dentro de un mismo enunciado.


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ALBERTO BUSTOS



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¿Es correcto el plural de las palabras y expresiones que aparecen destacadas en negrita? Si no es correcto, corrígelo. Publicaré las soluciones el miércoles 28 de noviembre. Te puede venir bien leer la entrada sobre el plural de las palabras terminadas en -m.

1. Estamos revisando los currícula de los aspirantes al puesto de director.

2. Ya no sé qué hacer con tantos álbums de fotos.

3. Parece que últimamente se han puesto de moda los referéndums.

4. ¿Dónde podríamos almacenar todos estos currículums vítae?

5. Me estoy entrevistando con todos los imames de las mezquitas de la zona.

6. Estamos redactando unos nuevos memorándums que publicaremos la próxima semana.

7. Este paraguas cuesta veinte dírham.

8. Me siento observado con tantas webcams a mi alrededor.

9. Todos los módemes se han colapsado.

10. ¿Dónde le instalamos los solárium, señora?



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#40 Ge. Pe.

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Publicado el 29 noviembre 2012 - 09:49

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Soluciones: plural de palabras terminadas en -m



Estas son las soluciones a los ejercicios sobre el plural de las palabras terminadas en -m. Cada oración vale un punto. Yo ofrezco aquí algunas explicaciones para mayor claridad, pero no es necesario que justifiques tus respuestas.

1. El plural correcto es currículums. Como norma general, las palabras terminadas en -m forman el plural añadiendo -s. El plural de esta palabra en latín era currícula, pero no debemos utilizar esta forma en español.

2. Álbum representa una excepción dentro de las palabras terminadas en -m. Cuenta con un plural tradicional álbumes, que es el único correcto. No podemos utilizar la forma álbums.

3. Es correcta.

4. Currículum vítae se mantiene invariable en plural, o sea, tenemos que decir estos currículum vítae. Las locuciones latinas reutilizan la forma del singular para el plural. Nótese la diferencia con currículum en su uso como palabra aislada, que sí forma un plural añadiendo -s.

5. Este plural es correcto. Es una excepción que sigue el modelo de álbum – álbumes. De todos modos, existe la forma castellanizada imán (plural imanes), que es más frecuente y más recomendable.

6. Este plural es correcto.

7. El plural correcto es dírhams, con -s al final, como le corresponde a cualquier palabra terminada en -m. Nótese que esta palabra se acentúa siguiendo las reglas generales.

8. Es correcto.

9. El plural correcto es módems.

10. La forma correcta es soláriums.





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