Temas Investigación y Ciencia: 49 -Desarrollo del cerebro, desarrollo de la mente
Herculano-Houzel, S.
Lo que ocurre en la pubertad trasciende la mera subversión hormonal. En la reorganización contemporánea del cerebro de los adolescentes debe buscarse la particular conducta exhibida.
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Han perdido interés en los asuntos escolares. No se concentran en la clase de piano. Ni siquiera se esfuerzan por mostrarse educados. Su habitación se convierte en un coto cerrado, de acceso prohibido para los "viejos". El teléfono móvil y el patín han desplazado a la muñeca y al coche de mecano. El tatuaje y el "piercing" constituyen los símbolos de su voluntad de independencia. Cuanto les atraía de niños, ahora les aburre. Sobre todo les cansan los padres, quienes, a la vista de la conducta de sus hijos púberes, empiezan a cuestionarse si acertaron en la educación otorgada. ¿Es puro teatro? ¿Lo hemos hecho mal? ¿Hay forma de sacarlos de sus extravagancias?
Hasta ahora, la efervescencia de los adolescentes se atribuía a la repentina producción de hormonas sexuales. Esa química provocaba el auténtico caos mental. Sin embargo, la investigación neurológica nos acaba de demostrar que es imprescindible que el cerebro pase por esta fase de inestabilidad para llegar a un pensamiento autónomo "adulto". Los drásticos cambios de conducta operados en la pubertad obedecen a una reorganización sistemática de la estructura cerebral. A las hormonas les corresponde una función secundaria.
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Dobbs, David
En los niños encontramos núcleos germinales del pensamiento adulto.
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Si habiendo sido ciego durante toda la vida, pudiera uno de repente ver, ¿sería capaz de discernir en la visión inmediata los objetos que ya conocía mediante el tacto y distinguir, por ejemplo, un cubo de una esfera? ¿Le parecerían las flores y los rostros igual que los que había tocado, o todo serían para uno confusas formas? ¿Cómo empezaría a percatarse del significado de los múltiples objetos de su visión inmediata? Si al nacer no tenemos ningún conocimiento, ¿cómo llegamos a adquirirlo?
Elizabeth Spelke, de la Universidad de Harvard, centra estas cuestiones en los bebés, que podrían ser los que aportaran las respuestas idóneas. Spelke trata de elucidar algunos de los oscuros misterios del conocimiento humano interrogando a niños que aún son incapaces de hablar, de andar e incluso de gatear. Observando a los pequeños "voluntarios" sentados en el regazo de sus madres, Spelke y su equipo se empeñan en identificar la primera intelección de números, lenguaje, objetos, espacio y movimiento.
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