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DISTRIBUCION DE LAS CELULAS INMUNOCOMPETENTES.
Las células que componen el sistema linfoide se agrupan formando órganos discretamente encapsulados o bien acúmulos difusos de tejido linfoide (Figura 2.15). Los órganos linfoides contienen linfocitos en estado variable evolutivo y se clasifican en primarios (órganos centrales) y en secundarios (órganos periféricos).
Los órganos linfoides primarios constituyen el principal origen de la linfopoyesis, es decir, donde los linfocitos se diferencian a partir de células madre linfoides y proliferan y maduran hacia células con capacidad efectora. En mamíferos, incluyendo al hombre, los linfocitos T son producidos en el timo, mientras que los linfocitos B se producen en el hígado fetal y en la médula ósea fetal y adulta. En los órganos linfoides primarios, los linfocitos adquieren sus receptores antigénicos específicos, y también aprenden a discriminar entre autoantígenos, que serán tolerados y antígenos extraños que serán atacados.
Los órganos linfoides secundarios que incluyen bazo, ganglios linfáticos y MALT (mucosal associated lymphoid tissue) (amígdalas, placas de Peyer del intestino y cúmulos linfoides del tracto urogenital), proporcionan el medio en el que las células implicadas (macrófagos, células presentadoras de antígeno, linfocitos T y B) pueden interaccionar entre sí y con el antígeno.
Órganos linfoides primarios
TimoEs un órgano linfoepitelial de forma bilobulada situado en posición retroesternal sobre la cara anterior del pericardio. Deriva de un esbozo epitelial formado a partir de la tercera y cuarta bolsas faringeas, de aparición muy temprana en el embrión. En el hombre su estructura aparece completamente desarrollada en el tercer mes de gestación. El parénquima tímico está constituido por una malla de células epiteliales rellena de células linfoides (denominadas timocitos) y se organiza formando lobulillos tabicados por trabéculas conjuntivas. Dentro de cada lobulillo se puede distinguir una zona externa o corteza, que contiene la gran mayoría de los timocitos, y una zona interna o medular que es pobre en timocitos (Figura 2.16.).
El estroma del timo está constituido fundamentalmente por la malla de células epiteliales que adoptan diferentes formas. En la médula se hallan también células dendríticas interdigitadas, derivadas de la médula ósea, que son células presentadoras de antígeno. En la unión corticomedular se hallan también macrófagos. En la médula existen, además, unas estructuras denominadas corpúsculos de Hassal formados por células epiteliales y macrófagos dispuestos de forma concéntrica. Las células epiteliales del timo, tanto de la corteza como de la médula, expresan una gran riqueza en moléculas del MHC clase II, imprescindibles para el reconocimiento de autoantígenos por los linfocitos T.
Bursa de Fabricio y su equivalente en mamíferos En las aves, los linfocitos B se diferencian en la bolsa de Fabricio, órgano constituido por un segmento intestinal con pliegues dirigidos hacia una luz central. Estos pliegues se componen de tejido linfoide formando corteza y médula. En los mamíferos, islotes de tejido linfoide en el hígado fetal y en la médula ósea fetal y adulta se ocupan de la producción de linfocitos B.
Organos linfoides secundarios
BazoSe trata de un órgano situado en el hipocondrio izquierdo, detrás del estómago y cerca del diafragma. Su superficie externa se compone de una cápsula fibrosa con algunas fibras musculares lisas y penetra profundamente en el parénquima del órgano. Básicamente, en el bazo se distingue la pulpa roja que es un reservorio vascular para hematíes y la pulpa blanca que contiene el tejido linfoide, el cual se dispone alrededor de una arteriola central, presentando áreas T y B. Las células T se disponen más próximas y alrededor de la arteriola central, mientras las células B se disponen exteriores a la misma. También son frecuentes las células reticulares dendríticas y macrófagos en el centro germinal, así como macrófagos especializados en la zona marginal (área que rodea a los folículos linfoides) que junto a las células foliculares dendríticas de los folículos primarios (folículos no estimulados sin centro claro germinal) se ocupan de la presentación del antígeno al linfocito B (Figura 2.17.)
Ganglios linfáticos Conforman junto a los vasos linfáticos una compleja red corporal cuya función es filtrar los antígenos procedentes del espacio extracelular y la linfa durante su circulación desde la periferia hasta el ducto torácico.
Los ganglios linfáticos, en el humano, son redondeados u ovoides y presentan un hilio donde los vasos sanguíneos entran y salen respectivamente. Básicamente, se distingue un área B denominada córtex, un área T denominada paracórtex y un área medular central (Figura 2.18.).
El paracórtex, contiene linfocitos T y abundantes células presentadoras de antígeno (células interdigitantes o histiocitos de la zona T) quienes presentan abundantes antígenos MHC clase II en superficie. La zona medular presenta algunos cordones linfoides separados por espacios vasculares (senos medulares) que contienen la mayor parte de las células plasmáticas y los macrófagos sinusales de los ganglios linfáticos.
El córtex contiene agregados de linfocitos B dispuestos formando folículos primarios y secundarios. Los folículos primarios son primordiales sin centro claro germinal (anteriores al estímulo antigénico) y los folículos secundarios poseen claros centros germinales (tras el estímulo antigénico). Estos últimos contienen además células presentadoras de antígeno y algunos macrófagos, linfocitos T, y células NK, quienes junto a los macrófagos sinusales parecen jugar un papel en el desarrollo de la respuesta de las células B, como su adquisición de memoria; esta parece ser la función primordial de los centros germinales (Figura 2.19.).
Tejido linfoide asociado a mucosas (MALT)Acúmulos dispersos de tejido linfoide no encapsulado se observan frecuentemente en diversos órganos, particularmente en áreas submucosas gastrointestinales, respiratorias y urogenitales. Los elementos linfoides se encuentran formando agregados difusos u organizados formando folículos con centro claro germinal (Figura 2.20).
En el tracto intestinal, se observan elementos linfoides difusos en la submucosa del órgano, y formando folículos linfoides con centro germinal en las denominadas placas de Peyer. El epitelio que reviste las placas de Peyer transporta el antígeno y en sentido inverso, la IgA secretora producida por las células plasmáticas muy abundantes en el epitelio (Figura 2.21.).
En el hombre, además se encuentra abundante tejido linfoide con centros germinales en las amígdalas faríngeas y también en paredes bronquiales y a lo largo del tracto urogenital.
Circulación linfocitaria
Una vez que los linfocitos B y T abandonan los órganos primarios, pasan al torrente circulatorio, a través del cual circulan por el organismo. A los tejidos llegan a través del torrente sanguíneo, siendo recogidas por los vasos periféricos del sistema linfático que las conduce a los distintos ganglios linfoideos, de donde pueden de nuevo volver a la sangre y a los diferentes tejidos o almacenarse en el bazo (Figura 2.22).
En la Tabla 2.8 se recoge la proporción de leucocitos en sangre.
De esta forma el contacto de los linfocitos con los antígenos se puede establecer en el organismo a nivel de los diferentes tejidos, sistema linfático, bazo y sangre, aunque es fundamentalmente a nivel de los ganglios y el bazo donde se puede desarrollar una respuesta inmune, ejerciendo una acción, bien local en ganglios y bazo, o bien general, dado que los elementos efectores (las inmunoglobulinas y linfocitos activados) pueden ser distribuidos por toda la economía a través del sistema circulatorio y linfático.
En la Figura 2.23. se representa un esquema de las circulaciones sanguínea y linfática con la distribución porcentual de los linfocitos en sangre, bazo y órganos linfáticos.
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Fin del capitulo 2 _____________________________________________________________________