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¿ TRANSANTIAGO ?


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#1 emilio

emilio

    Legendario

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Publicado el 24 julio 2007 - 07:12

SOY MICRERO DE CORAZÓN

“SERÉ CULIADO PERO SOY CONSECUENTE “

METRIO MARINAKIS

Está molesto. Desde que partió el TranSantiago, su gremio se fue a pique y él, rumbo a la extinción. Su línea histórica, la Ovalle Negrete, está tan arruinada -dice- que ahora venden su sede para pagar deudas. Marinakis perdió un hermano a fines del año pasado y hoy quiere rebelarse contra las oligarquías micreras que manejan las empresas del gremio que arrendaron las antiguas micros amarillas de los pequeños empresarios que ven a Marinakis como profeta. Mientras hablábamos, se le fueron sumando algunos de esos micreros históricos, y le acotaban cosas: Héctor López, René Gaete y Héctor Vásquez. Una asamblea micrera a cien kilómetros por hora, molesta con el gobierno y con dirigentes como Manuel Navarrete.

-¿Cuál es el primer recuerdo que tienes arriba de una micro?
Puta, de cabro chico cuando boté una pared con un Volvo. Un Volvo, imagínate, un Volvo 46. Nunca fui brillante en el colegio pero me gustaron siempre los fierros.
-Tu papá era micrero.
Mi abuelo era micrero. Todos somos micreros. Este gremio se manejó como clanes familiares. Y fíjate que los buenos conductores tenían la gran posibilidad de que ligerito adquirían una micro o el mismo dueño se las vendía. Era un círculo cerrado.
-¿Por qué tienen una imagen tan mala?
La prensa, a lo mejor. Nosotros no hicimos nada por la imagen nuestra, porque esa eran los choferes en la calle. Si hace diez años le hubiera planteado al gremio que pagáramos sueldos fijos, me matan, me cuelgan.
-A los escolares los trataban mal.
Ahí fallamos en no haber creado hace treinta años una escuela de conductores. Nunca perfeccionamos a los choferes. Mira, te voy a decir otra huevá para que sepas. Los escolares yo los regalaba. El problema que tenían los escolares era huevá de los choferes porque el escolar completo iba pa ellos. Porque cuando firmabai los contratos lo primero que te pedían los hueones era el escolar. Y vos se lo dabai.
-¿Cómo funcionaba el sistema antes?
Había una autoridad que nos regulaba. Pero la gente nos pedía que fuéramos a sus barrios, como Santiago se ha ido expandiendo tan brutalmente… ¿Quiénes éramos los primeros hueones que llegábamos? ¡Nosotros! Estábamos en la población El Carmen, con dos servicios; se abrió la Juanita Aguirre, y llegamos a Juanita Aguirre. Después, a la población Los Libertadores. Llegábamos a Mapocho no más, y cuando se abrieron las poblaciones en Quilicura, tuvimos ocho servicios allá. Estábamos donde estaba la necesidad de la gente y donde estaba el negocio. Por eso yo te digo como dijo Coiman: éste es el desorden más bien ordenado.
-Tú partiste manejando.
Todos. Yo hacía Ovalle Negrete y trabajaba a la mala, sin documentos, en la población El Carmen hasta las once y media, y después el 86 se fundó la variante Juanita Aguirre, que la hicimos con puras máquinas nuevas. ¿Te acordai, Héctor? Un servicio que llevamos a Bío Bío y después ese mismo servicio se alargó a La Victoria, que fue una guerra con la línea Matadero Palma entrar allí. Una guerra mundial.
-¿Por qué?
Porque ese sector lo atendía una línea enemiga nuestra. Mira, Ovalle Negrete nació de Matadero Palma. Un grupo de empresarios se separó y fundó esta línea. Con el corto tiempo, se comió a la vieja porque era de mejor calidad de dueños de micros, eran hueones más combativos. Teníamos veinte variantes y Matadero Palma sólo dos.
-¿Y cómo fue la guerra?
Habían peleas a combos, de todo. En ese tiempo, que una hija de un empresario Matadero se casara con un empresario Ovalle Negrete era una huevá… Era muy bonito. Las asambleas. ¿Cómo eran, Héctor? Se agarraban a combos. En La Victoria despachábamos diez máquinas a las cinco de la mañana, todas llenas. Era una población muy buena esa, de puros trabajadores. Y después del Golpe se echó a perder. Aquí quedó la cagá después del Golpe, a lo mejor por la cantidad de gente que quedó cesante, ahí empezó la delincuencia en las poblaciones. Había una cultura de la gente que tú cuando no tenías donde echarle pasajeros, abrías la puerta de atrás y toda la gente mandaba el pasaje, hueón.
-¿Se iban a la mala a hacer recorridos?
En ese tiempo, pos hueón. Nosotros tuvimos la tontera de tener límites. San Bernardo, hasta el 25 podíamos llegar nosotros. ¿Te acordai, Héctor? Él (lo apunta), de repente llegaba y me decía ‘Demetrio, hay una población nueva, hueón”. Chucha, en la noche tomábamos la garita y nos íbamos a la mala pa la población. A invadir San Bernardo. Y partíamos con la garita y los corríamos de la población 4 de Septiembre. ¿Me entendís? Eran cosas.
-La gente sufría por las carreras que hacían en las calles peleando boletos.
Habían cosas malas. No hay que tapar el sol con los dedos. Siempre reconocí nuestros errores. Pero cuando viene una alternativa; cuando viene don Ricardo Lagos y dice que esta huevá va a ser el paraíso, cuando la gente que planificó esto… Un funcionario del ministerio me dijo: ‘Demetrio, estos no fueron nunca a un terminal’. Las distancias en un mapa son muy chicas pero en la realidad, no pos. La señora Juanita con don Lucho caminan 35 cuadras, y no tienen posibilidad de servicio. Y nuestros servicios los usa la gente más humilde, si los hueones que andan en auto no usan micros.
-En tiempos de ustedes, la gente viajaba colgando.
Pero teníamos buenos servicios. Habían momentos en que vos te ibai colgando pero no la cagá que tienen ahora. No.



TRANSANTIAGO

-¿Qué te pasó cuando supiste cómo era el Transantiago?
En una asamblea hace tres años me paré y les dije vamos por mal camino. Le avisé a la gente. Él que no avisa es maricón. Pero aquí dentro de la misma línea habían hueones que galopiaron todo este tiempo. Si este gremio apoyó Transantiago. Ahora nos tienen a todos cagados pero estamos reaccionando pa discutir con los hueones dueños de las empresas, dueños de mentira porque los dueños de verdad son los que aportaron. Queremos tener representación, no tenemos a ningún hombre en esas empresas.
-¿Y tú te vas a incorporar?
No, yo soy el hueón más consecuente. Seré culiado pero soy consecuente y no me gustaron estas huevás y no me gustan.
-¿Por qué dijiste que esto iba a colapsar?
Cuando leímos las bases, vimos que no tenían fundamento técnico ni económico. Mira, a un empresario le dieron un cheque por quince días: 375 mil pesos. Por el arriendo de una máquina. Los choferes ganan un millón cien, y al dueño de la micro con raja le van a pagar 600. ¿Cómo paga la letra este hombre? Está cagado. Ahora somos arrendatarios, le entregamos las máquinas a las empresas. Qué estamos pidiendo. El administrador financiero por máquina da X plata, y queremos saber qué está pasando con la plata en el camino, por qué le llega tan poca plata al dueño del bus. La gente se me va a morir de pena y arruinada. Y eso es lo que está pasando. Hay gente que no puede pagar luz, agua.
-¿Qué te pasó cuando empezó el Transantiago, cuando viste a Zamorano en la tele?
Lo miraba y lo lamentaba porque Zamorano es un gallo de extracción humilde, y que se haya prestado pa esta huevá… La gente le cobró la boleta después. Y mira la cagadita que dejó. Pero lo bueno es que reconoció su error y dijo que lo habían engañado. Pero aquí la autoridad no reconoce que la cagó.
-Dijiste que le tenías pena a Espejo. ¿Por qué?
Porque se metió en esta pelea al peo. ¿Qué responsabilidad tiene si este plan lo trazó Lagos? ¿Qué culpa tiene la Bachelet, el subsecretario, el seremi? A lo mejor fallaron en decirle a la presidenta ‘sabe presidenta, esta huevá no sirve’. Mira que era fácil. ‘Sabe presidenta, en esta cuestión estamos cagados’. Cuando apareció Transantiago, ésta fue la línea que más se movilizó. Fuimos al Congreso y logramos crear una comisión investigadora y los políticos de la derecha decían esta huevá es una barbaridad, no la podemos permitir. Pero se olvidaron. Aquí hay un solo diputado que ha sido insistente, que es Carlos Olivares. Me reuní con muchos personeros de la derecha que me encontraron toda la razón pero no hicieron nada para arreglar esta huevá. Los que critican ahora debieran quedarse todos callados. ¡No me digan que los políticos no sabían que iba a quedar esta cagá! No pueden echarle toda la culpa al gobierno. Conversé hasta con los comunistas.
-¿Qué te pareció el nombramiento de Cortázar?
Dios quiera que sea dialogante y se arregle la cagá. Pero pa arreglar la cagá tenemos que participar nosotros.
-¿Y tiene arreglo?
Sí, si nos dieran la posibilidad que mantengamos la tarjeta BIP, los costos fijos de los conductores y volver a la antigua malla de recorridos.
-Imposible.
Puta, no hay otro remedio. El Transantiago va derecho a la muerte.
-¿Qué va a pasar cuando empiece el invierno?
Se va a ir mucha gente cortada por las pulmonías pero no va a ser responsabilidad nuestra. Estoy amargado por la gente, tengo gente que se me ha pegado balazos.
-Primera vez que te veo así.
Mira, teníamos un amigo muy nuestro que jugaba a la pelota con nosotros. Era muy simpático y un día agobiado por las deudas el hueón no tomó mejor la decisión, llegó a la casa y se pegó un balazo. ¿Y por qué se pegó el balazo? No tenía problemas de minas, nada. Se pegó el balazo porque estaba arruinado. Tengo la gente cesante. A los viejos nuestros los están matando. Éramos el motor de esta actividad y de repente unos técnicos y el gobierno nos borraron del mapa. Mira, el 70, cuando subió Allende al poder, socialista de verdad, teníamos un parque muy anticuado. Llegó Pascual Barraza, comunista, ministro de Transportes, y tomaron a los hueones más torrantes del gremio y les renovaron todas sus maquinitas con los primeros Mercedes Benz que llegaron. Ahí tenís un presidente socialista. Qué me hablan de socialismo estos hueones a mí. Cuando con esta política económica que están llevando, puta, ahora hay siete, ocho familias dueñas de Chile.
-A ustedes la gente los acusa de mafiosos.
Porque los dirigentes algunas veces tenemos que tomar medidas de fuerza. Pero yo ando solo, pregúntale a mis colegas si alguna vez me han visto con una cortapluma en los bolsillos. Nunca he cargado armas. Puta, mafia de qué. ¿Qué tienen de mafia estos? Fue una imagen que nos crearon, porque a lo mejor había dirigentes más fuertes y aniñados y, puta, respondíamos las agresiones, nos protegíamos de ustedes mismos, que nos cargaban tanto la mano. Éramos choros.
DICTADURA Y CONCERTACIÓN

-En dictadura le hicieron un paro a Pinochet. ¿En ese tiempo hablaban con la oposición?
Yo siempre tuve buenas relaciones con ellos. Trabajé en la Asamblea de la Civilidad. En ese tiempo teníamos una dotación de 450 máquinas, y en todas las marchas, en todas las concentraciones, los empresarios me ponían sus máquinas a disposición, gratis. Cuando empezaron las protestas era muy difícil porque primero te llamaba el gobierno. En La Victoria estaba el cura Pierre Dubois, que me llamaba y me decía ‘Demetrio, hasta las ocho entre a la población, después no respondo’. Yo le decía a René (y lo apunta)smile_001.gif ‘saca máquinas en el centro no más pa que los hueones las vean’ pero las máquinas las teníamos guardadas. Fuimos un aporte a que llegara la democracia. Llegó la Concertación, vinieron las licitaciones… Y cuando me hablan de las máquinas amarillas… ¡si el gobierno nos obligó! Fue tanto el desorden que en diez años nos impusieron como nueve tipos de máquinas: pasábamos por las 708, los Pucará, los Manquehue, los 1113, el Caterpillar. Hacíamos lo que nos decían. Y tuvimos una paralización con Aylwin; y con Frei y tuvimos una gran cagá con el gobierno de Lagos…
-Ahí se fueron al chancho.
Escucha. La gente no sabe. Yo no compartía esa huevá, yo les decía “en los paros, estamos en la garita”. Pero Lagos al que quería era a mí, porque era el símbolo.
-Antes también les pidieron el cobrador automático.
¡El cobrador! Escucha. Yo era presidente de la Asociación y fui al Congreso a pelear. Ahí empezaron las disidencias en el gremio, porque me acusaron de que paraba el modernismo. Y me tenían cagado porque a la gente la obligaron a comprar un equipo que no servía. Me acuerdo que llevé a un consejo al diputado (Felipe) Letelier y él dijo esta huevá es un tarro basurero. Esa huevá me costó que renunciaran cinco directores porque yo paraba el progreso, pero progreso de qué, hueón, cuando hoy vas a los garages y ahí están botadas huevás que nos costaron siete millones de pesos… Yo dije que esa huevá no servía. Si no soy inteligente pero tengo un olfato muy grande. Olfateo el olor a mierda.
-¿Y cuándo se echó a perder la relación con Lagos? O nunca fue buena.
Después del bloqueo, que fue una maniobra estúpida, de la que ahora toda la gente se arrepiente, pero ellos fueron usados por los dirigentes.
(Héctor acota: que han sido perseguidos injustamente por todos los gobiernos por culpa del combustible. El combustible era el malo y ahora último eso se mejoró. Marinakis agrega:)
Lo mejoraron ahora. Antes del bloqueo, comprábamos las máquinas nuevas que nos decían, íbamos a las revisiones técnicas y no las pasábamos. Y como el micrero es vivaracho, le comprábamos petróleo a los camiones argentinos pa ir a las revisiones y los hueones daban las mediciones.
-Demetrio, y…
¿Qué pasó? Mira: Licitación Metro. Por primera vez aparecen las empresas extranjeras. Leí las bases y me hice bien amigo de los españoles de Alsa, y sabía que ellos se iban porque el dueño me dijo una vez que estábamos comiendo en el Coco Loco: ‘Demetrio, si no me reforman la ley laboral, me voy’. Y el hueón fue honesto, se fue. Y los otros que aparecieron fue RedBus, que es conocido mío, que licitó con papeles y faltando dos días para la presentación de las máquinas, no las tenía y ahí apareció Yuraszeck. Entonces yo dije estos hueones van a cagar con estas bases porque no pueden competir con nosotros en la parte económica por los costos, por el ahorro, porque aquí nunca nadie se dio cuenta del trabajo que hacía el dueño de la micro. Todas estas grandes empresas en vez de achicar los costos, los agrandan. Yo sabía que estas empresas cagaban. Bueno, cagaron.
-A Yuraszeck le fue como el ajo.
Perdió. Pero cuando aparecieron los colombianos, ahí tuve mis dudas porque leo los balances que arrojan las empresas colombianas y todos en rojo, y es ahí donde estamos jodidos porque no podemos competir con empresas que no sé cómo pueden perder en un año operativo 60 u 80 millones de dólares y siguen en pie.
-Quién ha sido el peor ministro, según tú.
Fíjate lo que voy a decir: para mí Germán Correa fue un buen ministro. Se equivocó en la huevá de los colores de las micros, que esa huevá la discutía con él, porque antes todas las líneas teníamos colores bonitos. Nosotros teníamos un color más bonito, teníamos un verde con acre, y manteníamos los servicios bien, porque la gente identificaba las líneas por los colores. Puta, el color amarillo es un color muy triste, el blanco con amarillo.
-Ya. Correa, buen ministro. ¿Y los malos?
Los peores ministros que nos han tocado fueron esta ronda que iban de puesto en puesto. Etcheberry, Estévez. Pa mí, Carlos Cruz fue un excelente ministro, porque dialogaba. Puta, qué interesante que hayas venido para acá, no estaba dando entrevistas pero dije este cabro tiene que saber la idiosincrasia de nosotros, cómo somos. Mira (y apunta)smile_001.gif Fernando vive en La Cisterna, Héctor vive en San Miguel, éste vive en La Granja, ¿en La Granja vivís vos? Entonces, no son empresarios, son artesanos. Los empresarios son los hueones que iba el Lagos a verlos a la CasaPiedra cuando lo oía la Sofofa. Nosotros somos artesanos del transporte.

NAVARRETE, COMPADRE Y AMIGO

-Ustedes tienen quejas con las empresas Buses Metropolitana y Buses Gran Santiago, que manejaba Manuel Navarrete, ¿por qué?
Nosotros, los empresarios microbuseros, le entregamos el nueve de febrero las máquinas a esas empresas. Y nuestra gente está recibiendo un arriendo por esa máquina que no corresponde. Y todos los días las empresas nos quieren hacer firmar más compromisos.
-Ésa es la empresa de Navarrete.
Sí, pos. Compadre y amigo.
-¿Te sientes traicionado por Navarrete?
Yo me siento traicionado por las empresas que traicionaron a la gente. Se constituyó un directorio que aplaudió Transantiago porque veían en estas grandes empresas un negocio grandísimo. Yo veía que esta huevá iba para mal. Porque el que estaba mal era el pequeño empresario, el artesano. Iván Núñez me dijo la otra vez ‘Demetrio, tú hace cuatro años dijiste que esta huevá colapsaba en dos meses’. Me equivoqué, hueón, colapsó al primer día. Pero no vengan a echar la responsabilidad a la gente nuestra, ¡porque no vemos las máquinas! Los culpables son los hueones que manejan las empresas, porque tuvieron tres años para prepararse. ¡¿Cómo se les ocurre llegar a una negociación con los choferes en paro?! Si tendrían que haber arreglado la parte laboral veinte, diez meses antes. La responsabilidad de Manuel es no haber tenido la gente adecuada. Porque nombró a todas las cúpulas gremiales como directores y ellos en las líneas tenían un trabajo de oficina, no tenían un trabajo de calle. Yo qué hubiera hecho en Ovalle Negrete: yo te conozco a los veinte hueones mejor para mantener las máquinas. Yo a esos hueones los habría puesto a cargo de los talleres.
-¿Cuándo te alejaste de Navarrete?
El año pasado, en enero. Para mí era un infierno como se creaban las empresas, los asesores que llegaban, y no me gustó nunca la empresarización. Lo único que querían era eliminar al dueño de la micro y Manuel, que era dirigente tradicional, se fue a esa trinchera pero yo nunca abandoné la mía. Sé que les molesta pero yo tengo derecho a estar donde quiero estar.
EL FIN DE OVALLE NEGRETE

-¿Y qué te pasa ahora cuando llegas a esta sede?
Me da pena, chucha. Llegar aquí es llegar a un mausoleo.
-¿Por qué la venden?
Porque no tenemos plata. Entre inspectores y administrativos teníamos acá unas sesenta personas. Pagar sus desahucios costó 400 millones y estamos vendiendo el patrimonio. Esto lo compramos hace 35 años y llegamos a tener 17 recorridos y 12 terminales propios. Ahora las empresas: a la Metropolitana, esta línea le aportó mil millones de pesos en patrimonio. Y el temor que tengo es que ese patrimonio se pierda porque creo que las empresas como están siendo administradas van a quebrar. Nunca he estado en los directorios de las empresas porque no me gusta.
-Ahora estás viviendo en Viña.
Tengo un negocito con unos amigos míos allá. Amigos del fútbol. Soy amigo de Vicente Cantatore, que es mi compañero de dominó en la Casa Italia. Ahí tengo un grupo extraordinario que me ha acogido, aunque no tengo nada que ver con los italianos. Pero nunca debí haberme alejado del gremio, sabiendo que mi hermano estaba enfermo. Por lo menos, dejar a la gente adecuada, pero ahora los que están mandando en la línea son puros hueones arribistas que yo los crié y me mordieron la mano
-Ustedes están en extinción ahora.
Yo estoy en extinción pero tengo gente joven que tendrá que tomar la bandera. Soy el dirigente con más bases. Tengo 60 años, me veo bien pero tengo marcapasos, diabetes, hipertensión. Pero dicen que Marinakis es un mal necesario. Yo me alejé porque estaba cabreado. Y veo gente en las empresas sin pedigree, trayectoria; cuando veo que en las empresas hay negocios oscuros, que vos te encargai de los vidrios, vos de esta huevá del petróleo, de la propaganda. Todos los negocios los hacen entre ellos, entre la oligarquía gremial.
-¿Y quién arregla esto?
Jesucristo, que vuelva a la tierra. Pa salvar esto tiene que haber un milagro.
-¿Vuelve Marinakis?
A lo mejor, pero cedo. Hay otra gente. Cuando yo era joven, hablaba de los viejos y ellos tenían 50 años. Ahora tengo más claro que la chucha que no puede ser una carta de renovación un hombre de 60 años



#2 Invitado_cristian_*

Invitado_cristian_*
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Publicado el 24 febrero 2011 - 03:00

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