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La Circulación de los Océanos
Las aguas de los océanos se encuentran en continuo movimiento La fuente de energía responsable de ello proviene primeramente del Sol En efecto, tanto la circulación atmosférica como oceánica son manejadas por la radiación solar (calentamiento), y debido al estrecho contacto entre estos medios, ambas se encuentran íntimamente unidas La energía solar genera diferencias de temperatura sobre la superficie terrestre y da origen a los vientos en la atmósfera Estos, a su vez, son la causa principal del movimiento de las aguas superficiales del océano Además, el calentamiento desigual del océano por la energía solar contribuye al movimiento de las masas de agua en forma de corrientes. De acuerdo a las fuerzas generadoras, la circulación oceánica puede ser dividida en dos componentes una, conocida como circulación termo Alina, donde el movimiento del fluido se debe a variaciones en la densidad del agua, originados por cambios de temperatura o salinidad; mientras la otra se conoce como circulación guiada por el viento El movimiento del agua en la superficie oceánica es iniciado por el viento que sopla sobre ella, generando en un principio fluctuaciones turbulentas de presión (movimiento aleatorio de las moléculas de agua! Al ponerse en movimiento la película superficial del agua, arrastra a la capa subyacente, la que a su vez imparte movimiento al agua de los niveles inferiores, hasta que toda la capa superficial se pone en movimiento Sin embargo, la situación no es tan simple y la vía, por la cual las fuerzas generadoras son llevadas a producir la circulación oceánica, involucra a un sistema complejo de factores, como el campo gravitacional terrestre, diferencias de temperatura y/o salinidad, persistencia del viento, fuerza de las moreas, presión atmosférica, fricción y la rotación de la Tierra Así, se debe distinguir entre fuerzas generadoras y efectos, donde las primeras son las que inducen y mantienen a los sistemas de corrientes, mientras que los efectos pueden cambiar el movimiento de las aguas, pero no iniciarlo.
LAS GRANDES CORRIENTES SUPERFICIALES
Los sistemas de corrientes oceánicas superficiales coinciden con bastante exactitud con el patrón general de los vientos de gran escala, situación que podemos comprobar al observar un cuadro general de los vientos medios planetarios, y compararlos con las corrientes oceánicas.
Los grandes sistemas de corrientes oceánicas superficiales, se denominan giros, debido a su forma relativamente circular. En el hemisferio norte estos sistemas tienden a moverse en la dirección de las manecillas del reloj (movimiento ciclónico), en tanto que en el hemisferio sur lo hacen en dirección contraria (movimiento anticiclónico). En general, las corrientes oceánicas se encuentran limitadas por los continentes, el cinturón latitudinal ecuatorial y los mares polares. En el caso de los giros sub tropicales, centrados en tomo a los 30°5 y 30oN en cada hemisferio, las corrientes marginales o limítrofes (occidentales y orientales) junto a las ecuatoriales, constituyen la base para la formación de los grandes sistemas de corrientes oceánicas, aso- ciadas a los vientos alisios del sureste y noreste de los hemisferios sur y norte respectivamente.
Los sistemas de corrientes de los océanos Atlántico, Índico y Pacífico son similares. En las latitudes ecuatoriales cada océano tiene anchas corrientes superficiales que se mueven hacia el oriente a ambos lados del ecuador. La que está ubicada al norte del ecuador es la Corriente Norecuatorial y la del lado sur Corriente Sudecuatorial. Estas corrientes de flujo hacia occidente están, por lo general, separadas por una relativamente angosta corriente que fluye hacia el oriente denominada Contra-corriente Ecuatorial. Las dos corrientes dirigidas hacia occidente son desviadas hacia el norte y el sur, respectivamente, excepto en algunas partes del océano Índico. Cuando estas corrientes topan con los continentes se dividen en corrientes marginales, las cuales fluyen en dirección norte y sur. Las corrientes de los márgenes occidentales de los océanos son las más poderosas, en relación a las mayores velocidades, y profundidad que logran alcanzar (hasta 1.000 metros aproximadamente), creando por consiguiente una aguda división entre la circulación del océano abierto y las de las aguas costeras, en este sentido son notables la Corriente del Golfo en el Atlántico Norte y la del Kuro-shivo en el Pacífico Norte. Debido a la rapidez de sus flujos, las corrientes marginales o limítrofes occidentales no adquieren características de las condiciones climáticas locales, por lo que su contribución al transporte global de calor, desde los trópicos hacia los polos, es de gran importancia en la redistribución en gran escala del calor. Las corrientes limítrofes occidentales del hemisferio sur, no son tan notables en cuanto a altas velocidades, entre ellas están entre ellas la corriente de Brasil y la del este de Australia, para los océanos Atlántico Sur y Pacífico Sur, respectivamente.
Las corrientes marginales orientales tienden a ser más anchas y más difusas Estas corrientes. Relativamente someras y lentas (pueden alcanzar hasta 200 metros de profundidad aproximadamente) se mueven hacia el ecuador, transformándose en las corrientes Norecuatorial y sudecuatorial. Así, para el Pacífico Sur tenemos la corriente de Humboldt (vease también Corriente del Niño) o también conocida como corriente Chile-Perú, mientras que en el Pacífico Norte. La corriente marginal oriental se conoce bajo el nombre de Corriente de California; En el Atlántico Norte está la de Canarias, en tanto que En el Atlántico Sur está la Corriente de Benguela.
En el Sur, los giros del Atlántico Sur, del Pacífico Sur y del océano Indico están limitados por la corriente de Deriva de los Vientos del Oeste. Estos vientos son los más importante del hemisferio sur, pues producen un movimiento continuo de aguas superficiales alrededor de la Antártica y hacia el Oriente. Aliado sur de los vientos del Oeste, y al norte de los mares de Weddell y de Ross, existen dos sistemas de giros sureños. En el hemisferio norte no hay contraparte para este viento de deriva, debido a que los continentes impiden la existencia de una circulación continua, de nivel superficial alrededor del globo. Los mares polares del norte están rodeados de masas de tierra que los restringen y permiten un contacto limitado con los océanos de las latitudes medias.
Los dos sistemas de corrientes importantes que rodean al continente antártico y que dominan el patrón superficial de circulación en los mares del Sur, son la corriente Costera Occidental Antártica y la Circumpolar Antartica (la cual incluye a la de la Deriva de los Vientos del Oeste). La primera se mueve hacia occidente, algunas veces discontinua, derivando cerca del continente, y es guiada por los vientos dominantes del este y sureste. La corriente Circumpolar Antártica, de grandes dimensiones, es llevada de oeste a este alrededor del continente por los vientos que soplan en esa dirección, entre las latitudes 40°5 y 60°5, ejerciendo sus efectos hasta profundidades bastante mayores que las corrientes de las latitudes inferiores. Puede llegar incluso hasta el fondo del océano en varias regiones. Los movimientos opuestos de ambas corrientes, originan una zona de divergencia (flujo horizontal de agua en distintas direcciones a partir de una zona común) denominada Divergencia Antártica". Esta se caracteriza por marcados cambios de temperatura en el aire y agua, hecho que se asocia al ascenso de aguas desde profundidades intermedias, las que aportan sustancias conocidas como nutrientes, a las capas superficiales y subsuperficiales, y que sirven de alimento para el primer eslabón de la cadena de la vida en el mar, el fitoplancton.
A diferencia de los océanos Pacífico y Atlántico, en donde las corrientes asociadas a los giros sub tropicales son permanentes, en el océano Indico, éstas tienen un marcado carácter estacional, de acuerdo al patrón de vientos presente. De noviembre a marzo, los vientos soplan desde el noreste, patrón conocido como Corriente del Monzón del Noreste, mientras que desde mayo a septiembre la dirección de los vientos es del suroeste, dando lugar a los monzones del Suroeste. Este notable revertimiento de los vientos, se debe a la presencia de la gran masa continental en el lado norte de la línea ecuatorial. Así, estos vientos dan origen a las corrientes marginales occidentales en el lado sureste de África: corriente de Agulhas, durante el monzón del noreste, y corriente de Somalia, asociada al monzón del suroeste. Ambas son corrientes estrechas, pero de importantes velocidades, especialmente la de Somalia que alcanza una rapidez de 200 cm/s. Además, junto con el monzón del noreste se observa también un revertimiento en la corriente Norecuatorial del Indico, y en la Contracorriente Sudecuatorial. Sin embargo, con el cambio de dirección de los vientos de mayo a noviembre, esta última no es tan evidente, y la corriente Norecuatorial cambia de sentido hacia el este, pasando a llamarse corriente del Monzón Suroeste.
LA CIRCULACION PROFUNDA
La circulación profunda es originada por los cambios de densidad del agua de mar (mecanismo termohalino, termo = calor; halino = sal), resultantes de las diferencias de temperaturas y/o salinidad entre masas de aguas adyacentes. Menores temperaturas y mayor salinidad originan un aumento en la densidad del agua de mar. Debido a ello, las masas de agua fría, como las generadas en las regiones polares y subpolares, tenderán a hundirse hasta alcanzar su nivel de igual densidad, o de equilibrio, y reemplazar el agua de menor densidad. Esta última, será entonces desplazada lateralmente o hacia arriba, induciendo así la circulación horizontal y vertical. La circulación termohalina es la causa principal del movimiento de las masas de agua profunda de las regiones antárticas y árticas. Las masas de agua fría que se encuentran en el fondo de los océanos, se forman principalmente en los océanos polares, y preferentemente en las cercanías de la Antártica. El enfriamiento intenso que se produce en estas áreas y el aumento de la salinidad en las aguas superficiales, producto de la expulsión de las sales durante la formación del hielo marino, causan un aumento de la densidad. Así, el agua fría y densa se hunde a lo largo de la plataforma continental y el talud de la Antártica, para derramarse hacia el fondo oceánico. El agua profunda de la Antártica (temperatura = -0,4°C y salinidad = 34,66%o), se encuentra en los océanos Pacífico, Atlántico e Indico, habiendo sido detectada, en base a estas características hasta los 35º N de latitud. Otros sectores de formación de masas de agua subsuperficial, se encuentran en los océanos Pacífico y Atlántico Norte. En el área de generación, estas masas de agua se hunden hasta el fondo del océano y fluyen hacia el sur. Al encontrarse con las masas de agua profunda de la Antártica, que son más densas, fluyen por encima de ellas.
El movimiento de las aguas profundas del océano en ningún caso se compara en velocidad con el de las aguas superficiales, cuyo forzante fundamental es el viento. El movimiento que ocurre en las profundidades, es originado por la formación continua de nuevas masas de agua fría muy densas, generadas en los océanos polares y subpolares. Se estima que el flujo oceánico profundo sigue en general una dirección norte-sur y al igual que en la circulación superficial, las corrientes profundas son más intensas en el lado occidental de las cuencas oceánicas. A diferencia de las corrientes de superficie, la circulación oceánica profunda está fuertemente influenciada por la topografía del fondo marino, siendo este efecto comparable a la barrera que ejerce una cordillera a un viaje por tierra.
FACTORES DE INFLUENCIA EN lA CIRCULACION OCEANICA
Las fuerzas que determinan la circulación oceánica, pueden clasificarse en dos categorías: fuerzas primarias, que serían las fuerzas generadoras del movimiento, y fuerzas secundarias, que aparecen con el movimiento de las aguas.
Las fuerzas primarias pueden en general originar un movimiento más intenso o más débil, dependiendo de las condiciones locales y/o regionales como, por ejemplo, la existencia de mayores diferencias en cuanto a densidad entre aguas adyacentes (variaciones en la temperatura y/o salinidad), diferencias en el campo gravitacional, diferencias en el campo de la presión debido a las distintas densidades y variaciones en el nivel del mar, constancia e intensidad con que sopla el viento.
Las fuerzas secundarias, tanto en los océanos como en la atmósfera, tienden a modificar el movimiento de los fluidos. El efecto de Coriolis es uno de los más importantes en determinar la dirección final de las corrientes oceánicas. El físico francés G.C. Coriolis, en 1844, demostró que el movimiento de cualquier objeto sobre una superficie rotante, sufre una distorsión de su línea inicial de viaje. El resultado de esto, es que cualquier partícula en movimiento en el hemisferio norte será desviada hacia la derecha, pero en el hemisferio sur lo será hacia la izquierda, como resultado del movimiento de rotación de la Tierra. Así, por ejemplo, un objeto que se mueva hacia el occidente en el hemisferio sur, al ser desviado hacia la izquierda, tenderá a dirigirse hacia el polo Sur, mientras que en el hemisferio norte, para la misma situación, lo hará hacia el polo Norte, tal es el caso de las corrientes Norecuatorial y Sudecuatorial, respectivamente. En el ecuador, esta fuerza deflectora se anula, o bien se dice que es igual a cero. La fuerza de Coriolis es directamente proporcional a la distancia viajada, e inversamente proporcional a la velocidad del flujo, o sea que a flujos más lentos corresponderán mayores deflexiones angulares. Por otra parte, la corriente sufre una disminución regular de su velocidad con la profundidad. Este Efecto de Retardo es debido a las fuerzas de fricción entre las capas adyacentes de agua. Luego, debido a que la desviación por el efecto de Coriolis es mayor a medida que disminuye la velocidad de la corriente, el ángulo de deflexión aumenta también con la profundidad.
ÍNDICE
Las Grandes Corrientes Superficiales
Corriente Norecuatorial
Corriente Sudecuatorial
Corriente del Golfo
Corriente de Kuro-shivo
Corriente de Humboldt
Corriente del Niño
Corriente de California
Corriente de Benguela
Corriente del Monzón
La circulación profunda
Factores que influencian en la circulación Oceánica
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