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***OFERTA DE DROGA EN LAS PUERTAS DE LAS EMPRESAS***


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emilio

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Publicado el 18 abril 2008 - 12:17

IMPACTO TRAS CIFRAS DE LA ACHS SOBRE USO DE SUSTANCIAS A NIVEL LABORAL


Oferta de droga en la puerta de las empresas es un factor tras el alza del consumo en trabajadores


Expertos en rehabilitación y prevención alertan que las empresas están subestimando el problema y piden que apliquen políticas que incluyan tanto a los empleados como sus familias.

El consumo de drogas ilícitas entre los trabajadores subió de 2,7% a 5,3% en cuatro años, según un estudio de la Asociación Chilena de Seguridad. Y el 94,7% de quienes declararon consumir sustancias fumaba marihuana, mientras que el 27% de ellos usaba cocaína. Todas estas cifras causaron impacto y motivaron de inmediato una pregunta: ¿Por qué subió al doble el empleo de estas sustancias en ese grupo de chilenos?

Quienes trabajan en prevenir y rehabilitar, coinciden en su respuesta: el hecho de que la oferta de sustancias ha llegado a la puerta de las empresas y la baja percepción del riesgo que tiene la población sobre su consumo ayudan a explicar el alza.

"Llegan 'dealers' (traficantes) a los mismos lugares de trabajo a ofrecerles. La misma gente que llega a rehabilitarse con nosotros nos cuenta", asegura el doctor Rolando Chandía, director de la Clínica Alfa Adicciones. "El aumento refleja el alza del consumo que se da en la población y en los grupos más vulnerables, como son los trabajadores jóvenes".

De hecho, el estudio de la ACHS determinó que la mayor prevalencia de consumo se da en los trabajadores entre 19 y 34 años de edad.

Consumidor joven

La doctora Nancy Sepúlveda, directora del programa de prevención de consumo de alcohol y drogas de la ACHS y una de las autoras del estudio, tiene una percepción similar sobre el tema y agrega detalles: "Los trabajadores de ahora son una nueva generación, más consumidora y que no tiene inhibiciones para hablar del tema, quizás porque lo ven como algo normal y sin peligro para ellos".

Ana Luisa Jouanne, directora ejecutiva de la Corporación La Esperanza, coincide con las apreciaciones anteriores a las que añade otra observación que han podido hacer en los centros de tratamiento de la entidad: "Nosotros hace cuatro años que advertimos que el aumento en el consumo que se evidenciaba en la población de 15 a 19 años no era exploratorio. Y ahora vemos que eso es verdad, que se quedaron en el consumo y que eso se refleja en esta encuesta".

Otro aspecto que también influye, opina Ana Luis Jouanne, es que hay una baja percepción de riesgo de parte de los empleadores, "que no consideran que este sea un problema tan grave dentro de sus empresas. Por eso hay un porcentaje tan bajo de ellas haciendo prevención".

El doctor Chandía es más radical aún y cree que, incluso, en algunos casos los jefes hacen "la vista gorda" frente al consumo de sus subalternos "mientras ellos produzcan y cumplan sus metas de producción".

En el caso de la ACHS, del millón 300 mil trabajadores asociados, 30 mil están en el programa de prevención que realiza la ACHS en sus asociados.

Olga Figueroa, jefa del programa Calidad de Vida en el trabajo, del Conace, comenta que ellos perciben una apertura de parte de las empresas para aplicar planes de prevención.

"Nosotros tenemos cubiertos más de un millón de trabajadores", entre las 442 empresas privadas que aplican el programa "Calidad de vida en el trabajo" y 440 empresas y entidades públicas, que por ley deben tener un plan de este tipo.

Con la familia

Las alternativas que tienen las empresas para aplicar planes de prevención de consumo de drogas son diversas. Y aunque sus formas de intervenir pueden parecerse, en la práctica tienen énfasis distintos.

En el caso de la ACHS, el plan se orienta a cambiar los hábitos de vida de los trabajadores y sus familias para lograr que lleven una vida saludable. "Es un esquema de educación y formación para contener el avance del consumo. Trabajamos en la reducción de la demanda", comenta la doctora Sepúlveda.

En el caso de La Esperanza, el fuerte es que pueden ofrecer rehabilitación en sus propios centros, a aquellos trabajadores con consumo problemático. "Hacemos programas de sensibilización a largo plazo, y dejamos capacitadas a personas de la empresa para que sigan adelante con el plan. Aunque los continuamos apoyando por un tiempo largo", comenta Carolina Aguirre, del área de empresas de la corporación.

Conace, en tanto, hace una intervención que dura entre seis meses y un año, que incluye estrategias de reinserción laboral y de trabajo con las familias. Además, se hace un seguimiento en el que cada cuatro meses se analiza cómo avanza el plan.

Resultados auspiciosos

En la ACHS aplican desde 2002 su propio programa de prevención. Mónica Urbina, coordinadora nacional del plan preventivo de alcohol y drogas, cuenta que cada dos años evalúan la marcha del plan y sus efectos.

Así, por ejemplo, en el caso de los medicamentos, en 2004 el 75,8% de los trabajadores decía no tomarlos; en 2006, esa cifra aumentó al 85,3%. En tabaco, el 39,3% no fumaba en 2004, porcentaje que aumentó a 47,7% dos años después. En alcohol, el 93,5% declaró un consumo aceptable en 2004, lo que aumentó a 95,1% en 2006. En drogas, en cambio, se produjo una leve disminución de las conductas sanas: del 99,7% que declaraba no consumirlas en 2004 bajó a 98,6% en 2006. "Ahí creemos que se da un fenómeno particular: que las personas al oír hablar más del tema se atreven también más a confesar el consumo", comenta la coordinadora.


EL MERCURIO, ABRIL 2008 = Pamela Elgueda T.

REFLEXIÓN:

Dra. Nancy Sepúlveda

Jefa programa ACHS

"Es gravísimo lo que estamos presenciando en este minuto. Que los trabajadores tengan la oferta de drogas en la puerta de su trabajo y que tengan una baja percepción del riesgo que lleva el consumo de estas sustancias".

EMILIO

En nuestra sociedad esta pasando esto por que lamentablemente los puestos de trabajo son muy pocos y en el mundo que estamos viviendo se ha vuelto muy competitivo laboralmente y las grandes transformaciones son cuantiosas y muy trabajolicas y las personas llegan muy rápido al estrés laboral y otras enfermedades.
Esto con lleva a un temor enorme a perder el puesto de trabajo, y por esta misma situación es que no se respetan las normas laborales que hoy están vigentes en nuestro país, en forma especial en las zonas rurales como la nuestra, ya que en esta comuna no tenemos ingresos de fuentes fijas.


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