PRIMERA GUERRA MUNDIAL
I.-
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1. - INTRODUCCIÓN
Primera Guerra Mundial, conflicto militar que comenzó el 28 de julio de 1914 como un enfrentamiento localizado en el Imperio Austro-Húngaro y Serbia; se transformó en un enfrentamiento armado a escala europea cuando la declaración de guerra austro-húngara se extendió a Rusia el 1 de agosto de 1914; y finalmente pasó a ser una guerra mundial, en la que participaron 32 naciones, finalizada en 1918. Veintiocho de ellas, denominadas ‘aliadas’ o ‘potencias asociadas’ y entre las que se encontraban Gran Bretaña, Francia, Rusia, Italia y Estados Unidos, lucharon contra la coalición de los llamados Imperios Centrales, integrada por Alemania, Austria-Hungría, el Imperio otomano y Bulgaria. La causa inmediata del inicio de las hostilidades entre Austria-Hungría y Serbia fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Habsburgo, heredero del trono austro-húngaro, cometido en Sarajevo (Bosnia, entonces parte del Imperio Austro-Húngaro; en la actualidad Bosnia-Herzegovina) el 28 de junio de 1914 por el nacionalista serbio Gavrilo Princip. No obstante, las causas profundas del conflicto remiten a la historia europea del siglo XIX, concretamente a las tendencias económicas y políticas que imperaron en Europa desde 1871, año en el fue fundado y emergió como gran potencia el II Imperio Alemán.
2. - LAS CAUSAS DE LA GUERRA
Los verdaderos factores que desencadenaron la I Guerra Mundial fueron el intenso espíritu nacionalista que se extendió por Europa a lo largo del siglo XIX y comienzos del XX, la rivalidad económica y política entre las distintas naciones y el proceso de militarización y de vertiginosa carrera armamentística que caracterizó a la sociedad internacional durante el último tercio del siglo XIX, a partir de la creación de dos sistemas de alianzas enfrentadas.
1. - El nacionalismo
La Revolución Francesa y las Guerras Napoleónicas habían difundido por la mayor parte del continente europeo el concepto de democracia, extendiéndose así la idea de que las poblaciones que compartían un origen étnico, una lengua y unos mismos ideales políticos tenían derecho a formar estados independientes. Sin embargo, el principio de la autodeterminación nacional fue totalmente ignorado por las fuerzas dinásticas y reaccionarias que decidieron el destino de los asuntos europeos en el Congreso de Viena (1815). Muchos de los pueblos que deseaban su autonomía quedaron sometidos a dinastías locales o a otras naciones. Por ejemplo, los estados alemanes, integrados en la Confederación Germánica, quedaron divididos en numerosos ducados, principados y reinos de acuerdo con los términos del Congreso de Viena; Italia también fue repartida en varias unidades políticas, algunas de las cuales estaban bajo control extranjero; los belgas flamencos y franceses de los Países Bajos austriacos quedaron supeditados al dominio holandés por decisión del Congreso. Las revoluciones y los fuertes movimientos nacionalistas del siglo XIX consiguieron anular gran parte de las imposiciones reaccionarias acordadas en Viena. Bélgica obtuvo la independencia de los Países Bajos en 1830; la unificación de Italia fue culminada en 1861, y la de Alemania en 1871. Sin embargo, los conflictos nacionalistas seguían sin resolverse en otras áreas de Europa a comienzos del siglo XX, lo que provocó tensiones en las regiones implicadas y entre diversas naciones europeas. Una de las más importantes corrientes nacionalistas, el paneslavismo, desempeñó un papel fundamental en los acontecimientos que precedieron a la guerra.
2. - El imperialismo
El espíritu nacionalista también se puso de manifiesto en el terreno económico. La Revolución Industrial, iniciada en Gran Bretaña a finales del siglo XVIII, en Francia a comienzos del XIX y en Alemania a partir de 1870, provocó un gran incremento de productos manufacturados, por lo que estos países se vieron obligados a buscar nuevos mercados en el exterior. El área en la que se desarrolló principalmente la política europea de expansión económica fue África, donde los respectivos intereses coloniales entraron en conflicto con cierta frecuencia. La rivalidad económica por el dominio del territorio africano entre Francia, Alemania y Gran Bretaña estuvo a punto, desde 1898 hasta 1914, de provocar una guerra en Europa en varias ocasiones.
3. - La expansión militar
Como consecuencia de estas tensiones, las naciones europeas adoptaron medidas tanto en política interior como exterior entre 1871 y 1914 que, a su vez, aumentaron el peligro de un conflicto; mantuvieron numerosos ejércitos permanentes, que ampliaban constantemente mediante reclutamientos realizados en tiempo de paz, y construyeron naves de guerra de mayor tamaño. Gran Bretaña, influida por el desarrollo de la Armada alemana, que se inició en 1900, y por el curso de la Guerra Ruso-japonesa, modernizó su flota bajo la dirección del almirante sir John Fisher. El conflicto bélico que tuvo lugar entre Rusia y Japón había demostrado la eficacia del armamento naval de largo alcance. Los avances en otras áreas de la tecnología y organización militar estimularon la constitución de estados mayores capaces de elaborar planes de movilización y ataque muy precisos, integrados a menudo en programas que no podían anularse una vez iniciados.
Los dirigentes de todos los países tomaron conciencia de que los crecientes gastos de armamento desembocarían con el tiempo en quiebras nacionales o en una guerra; por este motivo se intentó favorecer el desarme mundial en varias ocasiones, especialmente en las Conferencias de La Haya de 1899 y 1907. Sin embargo, la rivalidad internacional había llegado a tal punto que no fue posible alcanzar ningún acuerdo efectivo para decidir el desarme internacional.
De forma paralela al proceso armamentístico, los estados europeos establecieron alianzas con otras potencias para no quedar aisladas en el caso de que estallara una guerra. Esta actitud generó un fenómeno que, en sí mismo, incrementó enormemente las posibilidades de un conflicto generalizado: el alineamiento de las grandes potencias europeas en dos alianzas militares hostiles, la Triple Alianza, formada por Alemania, Austria-Hungría e Italia, y la Triple Entente, integrada por Gran Bretaña, Francia y Rusia. Los propios cambios que se produjeron en el seno de estas asociaciones contribuyeron a crear una atmósfera de crisis latente por la cual el periodo fue denominado de la ‘paz armada’.
4. - Las crisis anteriores a la guerra (1905-1914)
Al encontrarse Europa dividida en dos sistemas de alianzas hostiles, cualquier alteración de la situación política o militar en Europa, África o en cualquier otro lugar provocaría un incidente internacional. Desde 1905 hasta 1914 tuvieron lugar varias crisis internacionales y dos guerras locales, y todos ellas estuvieron a punto de desencadenar una guerra general en Europa. El primer conflicto se produjo en Marruecos, donde Alemania combatió en 1905 y 1906 para apoyar al país en su lucha por la independencia y para evitar el dominio del área por Francia y España. Francia amenazó a Alemania con declararle la guerra, pero el incidente se solucionó finalmente en una conferencia internacional celebrada en Algeciras (España) en 1906. Los Balcanes fueron el escenario de un nuevo enfrentamiento en 1908, motivado por la anexión de Bosnia-Herzegovina por parte de Austria-Hungría. Entre los distintos tipos de paneslavismo se encontraba el panserbianismo o movimiento para la creación de una Gran Serbia, uno de cuyos objetivos era que esta región adquiriera la zona meridional de Bosnia, por lo que los serbios amenazaron a Austria con declararle la guerra. No se inició ninguna campaña debido a que los serbios no podían emprender la lucha sin el apoyo de Rusia, y ésta no se encontraba en condiciones de intervenir en la contienda. En 1911 estalló una nueva crisis en Marruecos, cuando el gobierno alemán envió un buque de guerra a Agadir en protesta por los intentos franceses para conseguir la supremacía en esta zona. Hubo amenazas de guerra por ambas partes, pero el conflicto se solventó en la Conferencia de Agadir. Italia, aprovechando la preocupación de las grandes potencias por la cuestión marroquí, declaró la guerra al Imperio otomano en 1911, con la esperanza de poder anexionarse la región de Tripolitania, situada al norte de África. Dado que Alemania se había visto obligada a entablar relaciones amistosas con el Imperio otomano a causa de su política de Drang nach Osten (‘Expansión hacia el Este’), el ataque de Italia debilitó a la Triple Alianza y alentó a sus enemigos. Las Guerras Balcánicas de 1912-1913 aumentaron el interés de Serbia por obtener el control de las áreas del Imperio Austro-Húngaro habitadas por pueblos eslavos, agudizó el recelo del Imperio Austro-Húngaro hacia los serbios y generó en Bulgaria y el Imperio otomano un deseo de revancha tras su derrota en dichos conflictos. Alemania, irritada por el hecho de que el Imperio otomano hubiera perdido sus territorios en Europa como consecuencia del conflicto balcánico, formó un Ejército más numeroso. Francia respondió con la ampliación del servicio militar obligatorio de dos a tres años en tiempo de paz. Las demás naciones europeas siguieron el ejemplo de estas potencias y asignaron en 1913 y 1914 enormes cantidades al presupuesto destinado a gastos militares.
3. - LAS OPERACIONES MILITARES
El asesinato del archiduque austriaco tuvo una repercusión catastrófica en una Europa armada y desgarrada por las rivalidades nacionales.
1. - Las gestiones diplomáticas
El gobierno austro-húngaro, que consideraba que el asesinato había sido obra del movimiento de la Gran Serbia, decidió suprimir esta agrupación enviando una expedición militar a Serbia. El 23 de julio, Austria-Hungría envió un ultimátum a Serbia que contenía diez condiciones concretas, la mayoría de las cuales estaban relacionadas con la eliminación de la propaganda antiaustriaca en Serbia. Ésta, alentada por Gran Bretaña y Rusia, aceptó las exigencias austro-húngaras salvo dos de ellas el 25 de julio, pero Austria replicó que la respuesta serbia no era satisfactoria. Los rusos intentaron convencer a Austria para que modificara los términos exigidos, y declararon que si los austriacos atacaban Serbia, ellos se movilizarían contra Austria. El ministro de Asuntos Exteriores británico, sir Edward Grey, primer vizconde Grey de Fallodon, propuso el 26 de julio que Gran Bretaña, Francia, Alemania e Italia se reunieran en una conferencia para arbitrar en la disputa austro-serbia, pero Alemania declinó dicha oferta.
2. - Las declaraciones de guerra
Austria declaró la guerra a Serbia el 28 de julio, ya fuera porque creía que Rusia no llegaría a unirse a Serbia o porque estaba dispuesta a correr el riesgo de un conflicto europeo general con tal de poner fin al movimiento nacionalista serbio. Rusia respondió movilizándose contra Austria. Alemania advirtió a Rusia de que si persistía en su actitud le declararía la guerra, y consiguió que Austria accediera a discutir con Rusia una posible modificación del ultimátum enviado a los serbios. No obstante, Alemania insistió en que los rusos retiraran sus tropas inmediatamente. Rusia se negó a hacerlo y Alemania le declaró la guerra el 1 de agosto.
Los franceses comenzaron la movilización de sus fuerzas ese mismo día; las tropas alemanas cruzaron la frontera de Luxemburgo el 2 de agosto y Alemania declaró la guerra a Francia al día siguiente. El día anterior, el gobierno alemán había informado al gobierno belga de su intención de marchar sobre Francia cruzando Bélgica, a fin de evitar que los franceses utilizaran esta ruta para atacar Alemania. Las autoridades belgas se negaron a permitir el paso por su territorio de las tropas alemanas y recurrieron a los países firmantes del Tratado de 1839 —en el que se garantizaba la neutralidad de Bélgica en el caso de un conflicto en el que estuvieran implicados Gran Bretaña, Francia y Alemania— para que se cumpliera lo establecido en dicho acuerdo. Gran Bretaña, uno de los países signatarios del Tratado de 1839, envió un ultimátum a Alemania el 4 de agosto en el que se exigía que se respetara la neutralidad de Bélgica; Alemania rechazó la petición y el gobierno británico le declaró la guerra ese mismo día. Italia permaneció neutral hasta el 23 de mayo de 1915, cuando rompió su pacto con la Triple Alianza para satisfacer sus aspiraciones territoriales y declaró la guerra a Austria-Hungría. La unidad de los aliados se fortaleció en septiembre de 1914 a través del Pacto de Londres, firmado por Francia, Gran Bretaña y Rusia. A medida que avanzaba la contienda, fueron sumándose al conflicto países como el Imperio otomano, Japón, Estados Unidos y otras naciones del continente americano. Japón, que había firmado una alianza con Gran Bretaña en 1902, declaró la guerra a Alemania el 23 de agosto de 1914, y el 6 de abril de 1917 lo hizo Estados Unidos.
3. - 1914-1915: la guerra de trincheras
Las operaciones militares comenzaron a desarrollarse en Europa en tres frentes: el occidental o franco-belga, el oriental o ruso y el meridional o serbio. El Imperio otomano intervino en noviembre de 1914 como aliado de los Imperios Centrales, por lo que la lucha se extendió al estrecho de los Dardanelos y a Mesopotamia. A finales de 1915 se habían abierto dos nuevos frentes: el austro-italiano, después de que Italia entrase en la guerra en apoyo del bando aliado (es decir, el bando enfrentado a los denominados Imperios Centrales) en mayo de 1915, y el de la frontera griega situada al norte de Salónica, tras adherirse en octubre de 1915 Bulgaria a la causa de los Imperios Centrales.
3.1. - El frente occidental
El plan inicial de la estrategia alemana era derrotar a Francia en el oeste en poco tiempo, mientras una pequeña parte del Ejército alemán y todas las fuerzas austro-húngaras contenían la invasión rusa que se esperaba por el este. Se confiaba en vencer a Francia rápidamente gracias a la estrategia de la ‘guerra relámpago’ contenida en el Plan Schlieffen, elaborado por el conde Alfred von Schlieffen, jefe del Estado Mayor alemán desde 1891 hasta 1907. El proyecto previsto era el siguiente: las tropas alemanas debían conquistar Bélgica, rodear a los franceses mediante movimientos veloces y, a continuación, cambiar de frente y derrotarlos de forma rápida y contundente. Cuando se aplicó este plan en el otoño de 1914 parecía haber sido un éxito. La veloz incursión de los alemanes a comienzos de agosto aniquiló al Ejército belga, que abandonó las plazas fuertes de Lieja y Namur y se refugió en la fortaleza de Amberes. Las tropas alemanas, que avanzaban a gran velocidad, derrotaron a los franceses en Charleroi y a la Fuerza Expedicionaria británica en Mons, lo que provocó la retirada de Bélgica de toda la línea aliada. Al mismo tiempo, los alemanes expulsaron a los franceses de Lorena, que había sido invadida, y les obligaron a retirarse de la frontera de Luxemburgo. Los contingentes británicos y franceses no tardaron en retroceder hasta el río Marne, pero tres ejércitos alemanes se dirigieron rápidamente hacia su posición, por lo que tuvieron que cruzarlo. La caída de la capital francesa parecía tan inminente que el gobierno galo se trasladó a Burdeos. Sin embargo, una vez que los alemanes habían atravesado el Marne, los franceses, dirigidos por el general Joseph Joffre, rodearon París y atacaron al I Ejército alemán, mandado por el general Alexander von Kluck, situado a la derecha de los tres ejércitos que avanzaban hacia la capital francesa.
En la primera batalla del Marne, que se desarrolló desde el 6 hasta el 9 de septiembre, los franceses consiguieron detener al ejército de Kluck, que se había distanciado de las otras dos fuerzas alemanas y no pudo recibir refuerzos. Además, los alemanes habían perdido una parte de sus tropas el 25 de agosto, cuando el general Helmuth Johan von Moltke, jefe del Estado Mayor alemán, pensando que ya se había alcanzado la victoria en el frente occidental, envió seis de estas unidades al oriental. La presión francesa sobre el flanco derecho alemán obligó al ejército de Kluck a retirarse, y posteriormente todas las fuerzas alemanas retrocedieron hasta el río Aisne. Los franceses avanzaron e intentaron expulsar a los alemanes del territorio próximo a dicho río, lo que provocó las batallas del Aisne, del Somme y la de Arras. Sin embargo, no les fue posible desalojar a los alemanes de esta posición y éstos extendieron sus líneas por el este hacia el Mosa, al norte de Verdún. Ambos contendientes intentaron entonces alcanzar el mar del Norte, donde se encontraban los puertos del canal. Los alemanes no pudieron alcanzarlo debido a que los belgas habían inundado la región del río Yser. La parte occidental de las líneas aliadas estaba ocupada por los británicos, que se hallaban ya en Ypres (situado en el extremo suroccidental de Bélgica) en la carrera hacia el Canal. Los alemanes, después de tomar Amberes el 10 de octubre, intentaron atravesar las posiciones de los británicos en Bélgica, pero no pudieron cumplir su objetivo tras las denominadas batallas de Flandes. En diciembre, los aliados lanzaron una serie de ofensivas a lo largo de todo el frente, desde Niewpoort por el oeste hasta Verdún en el este, pero no consiguieron conquistas territoriales significativas.
A finales de 1914, ambos bandos se encontraban atrincherados en sendas líneas que se extendían a lo largo de 800 kilómetros, desde Suiza hasta el mar del Norte. Apenas se produjeron cambios en este frente durante casi tres años.
Las batallas de Flandes representaron el final de la guerra de movimientos en el frente occidental. Desde finales de 1914 hasta casi el final de la contienda, ésta se convirtió en una guerra de trincheras o de ‘desgaste’. El frente estaba formado por numerosas líneas paralelas de trincheras comunicadas y protegidas por alambres de púas y cada bando intentaba atravesar las líneas enemigas esporádicamente. Los británicos intentaron romper el frente enemigo en marzo de 1915, pero sólo capturaron la línea delantera de los alemanes. Éstos lanzaron un asalto fallido sobre Ypres en el mes de abril empleando gas de cloro; ésta fue la primera vez que la guerra química se practicaba a gran escala. La ofensiva conjunta lanzada por los británicos y franceses a lo largo del frente situado entre Neuve Chapelle y Arras en mayo y junio permitió que sus tropas avanzaran 4 km en el sistema de trincheras alemán, pero no se consiguió atravesarlo. Los británicos asediaron en varias ocasiones la ciudad de Lens durante el mes de septiembre, mientras los franceses atacaban la cresta de Vimy. Ese mismo mes, los franceses lanzaron un asalto a gran escala sobre un frente que se extendía desde Reims hasta la región boscosa de Argonne y consiguieron tomar la primera línea de trincheras alemanas, pero no pudieron avanzar hasta la segunda. En términos generales, puede decirse que durante 1915 no se produjo ninguna modificación en las posiciones establecidas a finales de 1914.
3.2. - El frente oriental
Los rusos asumieron la ofensiva en el frente oriental desde el comienzo de la guerra, de acuerdo con los planes de los aliados. En agosto de 1914, dos ejércitos rusos se adentraron en Prusia oriental y otros cuatro ejércitos invadieron la provincia austriaca de Galitzia. Tras una serie de victorias rusas, la evacuación de Prusia oriental parecía inminente; sin embargo, las tropas de refuerzo alemanas, dirigidas por el general Paul von Hindenburg, derrotaron definitivamente a los rusos en la batalla de Tannenberg, librada del 26 al 30 de agosto de 1914. Los cuatro ejércitos rusos que habían invadido territorio austriaco avanzaron incesantemente a través de Galitzia; conquistaron Przemysl y Bucovina, y se encontraban en situación de adentrarse en Hungría a finales de marzo de 1915. No obstante, una fuerza conjunta austro-alemana les hizo retirarse de la cordillera de los Cárpatos. En mayo, los ejércitos austro-alemanes iniciaron una gran ofensiva en la zona central de Polonia; hacia septiembre de 1915, habían conseguido expulsar a los rusos de Polonia y Lituania y tomado todas las fortalezas fronterizas de Rusia. Los rusos abandonaron Galitzia para hacer frente a la ofensiva; cuando ésta cesó, las líneas rusas se encontraban detrás del río Dvina Occidental, entre Riga y Daugavpils, y los alemanes se dirigieron hacia el río Dniéster. Aunque los Imperios Centrales no realizaron ninguna operación decisiva en el frente oriental entre 1914 y 1915, Rusia había perdido tantos hombres y tal cantidad de suministros que a partir de ese momento no pudo emprender acciones importantes. Este frente fue el escenario de notables combates durante 1914 y 1915, librados concretamente en la región de Masuria, entre los que destacan la primera (del 7 al 14 de septiembre de 1914) y la segunda (del 7 al 21 de febrero de 1915) batallas de los Lagos Masurios; ambas concluyeron con la victoria de los alemanes.
3.3. - La guerra en Serbia
Los austriacos invadieron Serbia en tres ocasiones a lo largo de 1914 y fueron rechazados en todas ellas. El frente permaneció estabilizado hasta octubre de 1915, fecha en la que tropas británicas y francesas llegaron a Salónica gracias a un acuerdo establecido con el gobierno de Grecia, que se mantenía neutral; los aliados se anticiparon así a la entrada en el conflicto de Bulgaria en apoyo de los Imperios Centrales; su propósito era ayudar a Serbia, que sería el objetivo del ataque búlgaro. Cuando Bulgaria declaró la guerra a Serbia el 14 de octubre de 1915, las fuerzas aliadas se internaron en Serbia. Los búlgaros derrotaron al Ejército serbio y también a los británicos y franceses procedentes de Salónica. Asimismo, el 6 de octubre, las tropas austro-alemanas, dirigidas por el general August von Mackensen, lanzaron un fuerte ataque sobre Serbia desde Austria-Hungría. A finales de 1915, los Imperios Centrales habían conquistado toda Serbia; las tropas serbias supervivientes se refugiaron en Montenegro, Albania y en la isla griega de Corfú, ocupada por los franceses en enero de 1916. Las tropas británicas y francesas que se encontraban en Serbia se retiraron a Salónica, posición en la que permanecieron preparados para nuevas acciones.
3.4. - El frente otomano
El Imperio otomano entró en la guerra el 29 de octubre de 1914, fecha en la que sus naves colaboraron con las alemanas en el bombardeo naval de los puertos rusos del mar Negro; Rusia le declaró la guerra oficialmente el 2 de noviembre, y Gran Bretaña y Francia lo hicieron a su vez el 5 de noviembre. Los turcos (otomanos) comenzaron la invasión de la zona rusa de la cordillera del Cáucaso en diciembre, pero el escaso territorio que conquistaron se vio reducido considerablemente en agosto de 1915. No obstante, la presión turca en esta región había obligado al gobierno ruso a solicitar a comienzos de 1915 que los británicos llevaran a cabo una maniobra de distracción en el estrecho de los Dardanelos. En respuesta, la fuerza naval británica, capitaneada por el general sir Ian Hamilton bombardeó los fuertes turcos de los Estrechos en febrero de ese año, y entre abril y agosto se produjeron dos desembarcos de tropas aliadas en la península de Gallípoli; el primero, efectuado en abril, fue llevado a cabo por tropas británicas, australianas y francesas; en agosto acudieron más divisiones británicas. El objetivo de los aliados era conquistar los Dardanelos; sin embargo, la campaña de Gallípoli resultó un completo fracaso para las tropas aliadas, que en diciembre de 1915 y enero de 1916 se retiraron.
Mientras tanto, las fuerzas británicas de la India derrotaron a los turcos en varias batallas libradas en el valle de Mesopotamia durante 1914 y 1915, especialmente en la de Kutal-’Amara; pero los turcos frenaron el avance de los británicos hacia Bagdad con la batalla de Ctesifonte y les obligaron a retirarse a Kutal-’Amara en noviembre de 1915. Las tropas otomanas sitiaron esta ciudad el 7 de diciembre.
3.5. - El frente italiano
Italia declaró la guerra a Austria-Hungría el 23 de mayo de 1915. Los principales enfrentamientos militares que tuvieron lugar en el frente austro-italiano durante ese año fueron cuatro batallas libradas entre sus respectivos ejércitos en el río Isonzo. El objetivo de los ataques italianos era romper las líneas austriacas y conquistar Trieste.
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En 1914, las grandes potencias europeas, motivadas por los principios del nacionalismo y por las ambiciones derivadas del imperialismo, estaban divididas en dos bloques opuestos y fuertemente armados: los llamados Imperios Centrales (el II Imperio Alemán y el Imperio Austro-Húngaro, a los que más tarde se unió el Imperio otomano) y las ‘potencias asociadas’ o ‘aliadas’(entre las que se encontraban Gran Bretaña, Francia y el Imperio Ruso).
La declaración de guerra a Serbia por parte del Imperio Austro-Húngaro, efectuada el 28 de julio de 1914, desencadenó toda una serie de acciones por parte de otros países que se veían obligados a ello en cumplimiento de los tratados firmados durante años atrás.
Todo ello condujo a la I Guerra Mundial.
En agosto de 1914, Alemania invadió Francia a través de Bélgica; sin embargo, su avance se vio frenado en septiembre tras la primera batalla del Marne, que impidió la que parecía inminente toma de París. Tras atrincherarse los ejércitos, el objetivo pasó a ser superar al enemigo hacia el norte, lo que dio lugar a la primera batalla de Ypres. Mientras tanto, la tentativa rusa de invadir Alemania se vio frustrada tras las batallas deTannenberg y de los Lagos Masurianos. A su vez, los tres intentos austro-húngaros de ocupar los Balcanes fueron rechazados por los serbios. La guerra supuso la movilización de un enorme número de ciudadanos. Los carteles de reclutamiento animaron a millones de hombres a alistarse y sumarse al esfuerzo bélico de sus países.
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"Primera Guerra Mundial," Enciclopedia Microsoft® Encarta® Online 2008
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