Dos recientes y lamentables accidentes con resultado fatal, en las faenas de minera San Gerónimo en el valle de Elqui y de Sacyr para la doble vía La Serena-Vallenar, nos llaman una vez más a la reflexión sobre nuestros esfuerzos en prevención de riesgos y autocuidado. Sin duda, muchos cuestionaron inmediatamente el rol del prevencionista de riesgos en dichas faenas.
El papel principal que cumplen técnicos y profesionales de esta área es gatillar en las personas la conciencia del autocuidado. Sin perjuicio de ello, también es necesario que las empresas no escatimen gastos en este ítem, pues antes se pensaba que la prevención de riesgos era un “mal necesario” y que el prevencionista debía ser parte de la empresa sólo para cumplir con la legislación.
Sin embargo, las modificaciones a la Ley 19.744 sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, deben ir necesariamente acompañadas por un cambio en la relación de las gerencias de las empresas con sus departamentos de prevención de riesgos y sus trabajadores, para que éstos se sientan apoyados, partiendo por aspectos tan básicos como contar con implementos y maquinarias en buen uso.
A pesar de ello, en mi opinión personal, hay algo mucho más importante: trabajar desde los niveles más básicos, inculcando desde la infancia el autocuidado, para que padres, familiares y profesores den a entender que al cometer cualquier acto se puede comprometer la vida y la salud física y mental, tanto personal, como de nuestros familiares y amigos.
Mario Guerra Varela
Jefe de Carrera Prevención de Riesgos AIEP
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