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Por: Lorena Baus, subdirectora de la Escuela de Negocios AIEP
Chile se enfrenta a una situación poco favorable al ver caer de manera consecutiva la inversión y experimentar una baja tasa de crecimiento del consumo. Se está evidenciando la desaceleración a través de los dos componentes de mayor peso en la demanda interna. Esto se refleja en las cuentas nacionales del Banco Central, correspondientes al tercer trimestre de este año, que se publicaron recientemente.
Este freno en la economía, se debe principalmente a la declinación de los términos de intercambio y el aumento de costos de exportadores. Aumentar la inversión sería la solución para revertir esta tendencia.
Sin embargo, existen más factores, como las expectativas en los efectos de la reforma tributaria y la futura reforma laboral. Éstas sumadas a los cambios estructurales que países como México o Colombia están implementando para acentuar su atractivo comercial, afectan los proyectos de inversión chilenos, los que se han visto postergados o cancelados.
Finalmente, no debemos olvidar que luego del terremoto de 2010 hubo una intensiva inversión en minería y construcción, que no ha sido factible mantener debido al actual escenario interno.
El desafío es adaptarse a las nuevas reglas, reinventarse y ver la manera de mantener la salud económica de nuestro país potenciando la inversión.
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