Autoevaluación Actividad interactiva de la sección 4 Genética La diversidad de la vida Sobre el origen de las especies El comportamiento animal y su evolución

Capítulo 24. La evolución de los homínidos

Ejercicio 1
Ejercicio 2
Cuestionario

Sección 4. Evolución

AUTOEVALUACIÓN - Capítulo 24. La evolución de los homínidos

Cuestionario:

  1. Distinga entre los siguientes términos: primate/prosimio; monos/antropomorfos; homínidos/hominoides/antropoides.
  2. Nombre cuatro tendencias evolutivas observables en el linaje de los primates y discuta el posible valor selectivo de cada una de ellas.
  3. Suponga que usted se encontrara en una reunión con: Homo erectus, Homo sapiens, el hombre de Pekín, Homo neanderthalensis, Australopithecus aethiopicus, Lucy, Zynjanthropus, Australopithecus robustus y Australopithecus africanus. ¿Cómo los distinguiría?
  4. ¿Porqué considera usted que el ritmo del cambio biológico y del cambio cultural son muy diferentes?
  5. Si bien los fósiles de H. erectus presentan rasgos comunes, se han observado ciertas diferencias regionales. Supongamos que usted es un antropólogo. Si comparara las características particulares de los fósiles de H. erectus de diferentes regiones de Asia y África con los rasgos peculiares de las poblaciones actuales de H. sapiens de esas mismas zonas, ¿qué esperaría encontrar si fuera acertada la hipótesis del candelabro? ¿Y si la correcta fuera la hipótesis del Arca de Noé?

Respuestas:

1.Distinga entre los siguientes términos: primate/prosimio; monos/antropomorfos; homínidos/hominoides/antropoides.

Los primates son un orden de mamíferos que se adaptaron a la vida arborícola. Este orden se caracteriza por presentar extremidades con cinco dígitos, con capacidad de asir, uñas en lugar de garras y miembros de movimientos libres. Dependen más de la visión que del olfato, ya que todos los primates superiores tienen visión estereoscópica con fóveas que permiten un enfoque fino y conos para la visión de los colores. Generalmente se divide a los primates en dos grupos principales: los prosimios y los antropoides o primates superiores. Los prosimios incluyen a los loris, galagos, tarseros y lémures. Durante el Paleoceno y el Eoceno (hace unos 65 a 38 millones de años), las selvas tropicales y subtropicales estaban habitadas por abundantes y variadas especies de prosimios que se distribuían mucho más al norte y al sur del Ecuador que en la actualidad. Los prosimios modernos son mayormente animales arborícolas de tamaño pequeño a mediano, de hábitos nocturnos.

Los monos, junto con los antropomorfos y los humanos, constituyen el grupo de los antropoides. Todos los monos tienen visión estereoscópica completa y son capaces de discriminar los colores. Todas las especies conocidas en el presente tienen hábitos diurnos. Los monos aparecieron, probablemente, como una ramificación del tronco prosimio, durante la época Eocena. En el Nuevo Mundo se han hallado formas relacionadas con el ancestro en el registro fósil del Oligoceno. Entre los monos, se distinguen dos grupos principales: los monos del Nuevo Mundo, conocidos también como Platirrinos y los monos del Viejo Mundo, los Catarrinos. Los antropomorfos junto con los humanos (Homo sapiens) conforman el grupo de los hominoides y son parientes de los monos del Viejo Mundo. Los hominoides y los monos del Viejo Mundo se encuentran dentro del grupo de los Catarrinos. Los antropomorfos actuales comprenden cuatro géneros: Hylobates (gibones), Pongo (orangutanes), Pan (chimpancés) y Gorilla (gorilas).

Los antropoides incluyen a los monos, los antropomorfos y a los humanos. Los homínidos incluyen las formas modernas y fósiles de los humanos, como los australopitecinos, pero no a los antropomorfos. Los hominoides incluyen a los homínidos y a los antropomorfos.

2.Nombre cuatro tendencias evolutivas observables en el linaje de los primates y discuta el posible valor selectivo de cada una de ellas.

La mano y el brazo de los primates

Los primates modernos, con pocas excepciones, tienen un pulgar divergente. El pulgar divergente, que puede ser oponible al dedo índice, incrementa en gran medida la facultad de asir y la destreza manual. Si se analiza la evolución de estos caracteres en el curso del desarrollo del linaje, es posible reconocer que existe entre los primates una tendencia evolutiva hacia una capacidad de manipulación más delicada, que alcanza su culminación en los humanos. Además, en la estructura cuadrúpeda básica de los mamíferos y reptiles primitivos, el antebrazo tiene dos huesos largos (el radio y el cúbito), lo que confiere flexibilidad. Entre los mamíferos, son particularmente los primates los que pueden torcer el radio (hueso del antebrazo que se localiza del mismo lado que el pulgar) por encima del cúbito, de modo tal que la mano puede rotar describiendo un semicírculo completo sin mover ni el codo ni el brazo. De modo análogo, sólo pocos mamíferos tienen la capacidad de mover el brazo libremente en la articulación del hombro. La mayoría de los primates tienen también uñas en lugar de garras. Las uñas dejan libre la superficie táctil del dedo y, de esta manera, se incrementa en gran medida la sensibilidad de los dedos para explorar y manipular.

Agudeza visual

La agudeza visual, que incluye una visión estereoscópica y visión de colores. Esto pudo ser una ventaja en la obtención de alimentos.

Cuidado de las crías

Dado que los mamíferos, por definición, amamantan a sus crías, las relaciones materno–filiales son generalmente más prolongadas y más fuertes que en otros vertebrados (con excepción, en algunos casos, de las aves). En los primates de mayor tamaño, las crías maduran lentamente y atraviesan por largos períodos de dependencia y aprendizaje.

Postura vertical

Una consecuencia de esta postura es el cambio en la orientación de la cabeza, que permite al animal mirar directamente hacia adelante mientras se mantiene en una posición vertical. Esta postura resultó una ventaja, al dejar las manos libres para otros propósitos.

3.Suponga que usted se encontrara en una reunión con: Homo erectus, Homo sapiens, el hombre de Pekín, Homo neanderthalensis, Australopithecus aethiopicus, Lucy, Zynjanthropus, Australopithecus robustus y Australopithecus africanus. ¿Cómo los distinguiría?

Homo erectus se distinguiría por su similitud con los humanos modernos en el andar erguido. El cráneo, sin embargo, sería más grueso, los arcos superciliares prominentes, la frente estrecha y el mentón deprimido.

Homo sapiens es fácilmente distinguible. Homo erectus y los humanos modernos presentan premolares bicúspides, andar bípedo, postura erecta, cerebro grande y capacidad para construir herramientas.

El hombre de Pekín, corresponde al lugar donde se habrían establecido algunos Homo erectus pero las características son semejantes a éstos.

Homo neanderthalensis presenta una mayor robustez general del esqueleto que los humanos modernos. La forma general de la cara, además de ser más larga en los neandertales, presenta una proyección en la parte media que está ausente en los humanos modernos. También se nota un engrosamiento en la zona de los arcos superciliares y la presencia de dos protuberancias en la base del cráneo que no se observan en humanos. El volumen del cerebro es, en promedio, algo mayor que el de los humanos modernos.

Con respecto a Zynjanthropus (conocida actualmente como A. boisei), A. robustus y A. aethiopicus se observa una robustez creciente. Todas estas especies presentan un mayor tamaño que los Australopithecus africanus (entre 40 y 80 kg), una cara más amplia, dientes pequeños pero molares de grandes dimensiones (que llegan a medir más de 3 cm de sección) y características craneanas muy particulares. Entre ellas se destaca la presencia de una cresta ósea semejante a la del gorila, situada longitudinalmente en la parte superior del cráneo, que opera como soporte de los poderosos músculos de la mandíbula. Aunque el esqueleto facial es grande, la caja del cerebro es apenas un poco mayor que la de A. africanus, con una capacidad promedio de aproximadamente 500 cm3. A. africanus son de pequeño tamaño (se estima que pesaban entre 30 y 50 kg), tienen dientes y muelas reducidos, andar erecto y la parte frontal de cráneo de forma redondeada, semejante a la de los humanos actuales. Tanto la talla general (alrededor de 120 cm) como el tamaño del cerebro (unos 450 cm3) es menor en este linaje que en el de los australopitecinos robustos.

Lucy es una hembra adulta (Australopithecus afarensis), que no debería medir más de 120 cm; su cara se parece a la de un chimpancé pero su postura es indudablemente tan erecta como la de los humanos actuales.

4.¿Por qué considera usted que el ritmo del cambio biológico y del cambio cultural son muy diferentes?

El patrón de evolución biológica y el de cambio cultural se encuentran “desacoplados” y los mecanismos que explican la evolución biológica no son los mismos que permiten interpretar el cambio cultural. La evolución biológica opera fundamentalmente a partir de la reproducción diferencial de los organismos portadores de variantes genéticas que les confieren alguna ventaja. En este caso, lo determinante es el programa genético, que se transmite verticalmente de padres a hijos, de generación en generación. La cultura, por el contrario, se propaga de muchas maneras y en múltiples direcciones: la recibimos de los demás y se la transmitimos a otros. La transmisión es vertical y horizontal: de padres a hijos, o entre individuos emparentados o no emparentados, que pertenecen, por ejemplo, a una misma generación.

La forma de transmisión vertical es lenta, pues el tiempo que transcurre entre generaciones es grande, pero la transmisión horizontal puede llegar a ser muy rápida. Cuando se establece una tecnología, se difunde rápidamente y se mantiene durante un período sin mayores cambios, ensayando múltiples variantes sobre un mismo tema, hasta que una nueva tecnología es inventada y reemplaza rápidamente a la anterior. En este sentido, se ha propuesto que, a pesar de responder a diferentes mecanismos, los patrones del cambio cultural y los patrones del cambio biológico macroevolutivo resultan análogos: largos períodos de estasis y breves momentos de cambio profundo.

5.Si bien los fósiles de H. erectus presentan rasgos comunes, se han observado ciertas diferencias regionales. Supongamos que usted es un antropólogo. Si comparara las características particulares de los fósiles de H. erectus de diferentes regiones de Asia y África con los rasgos peculiares de las poblaciones actuales de H. sapiens de esas mismas zonas, ¿qué esperaría encontrar si fuera acertada la hipótesis del candelabro? ¿Y si la correcta fuera la hipótesis del Arca de Noé?

De acuerdo con el “modelo de candelabro”, hubo múltiples migraciones tempranas desde África a Asia y Europa, que comenzaron tal vez hace un millón de años y que dieron como resultado el establecimiento de diferentes poblaciones locales de H. erectus. Estas poblaciones, que evolucionaron en forma gradual, separadas una de otras, habrían originado las distintas variantes de Homo sapiens que, en la actualidad, estarían representadas por las diferentes razas humanas modernas. Según este modelo, la integridad de la especie se mantuvo debido al flujo de genes que evitó que se produjera la especiación en estas poblaciones. Los distintos fósiles deberían presentar características intermedias entre H. erectus y Homo sapiens.

En contraste con la hipótesis del candelabro, se ha propuesto el modelo conocido como “Arca de Noé”. De acuerdo con este modelo, un pequeño grupo de humanos modernos, previamente diferenciados como Homo sapiens, migró hacia Europa probablemente desde algún sitio de África, en épocas más recientes –hace aproximadamente 100 mil años– y colonizó todo el mundo, reemplazando a las poblaciones previamente existentes (que se extinguieron).

Los fósiles no deberían presentar características intermedias; entre H. erectus y los hombres modernos. Los fósiles de Homo sapiens deberían encontrase en algunas localidades antes que en otras, según la ruta de migración a partir de su centro de dispersión.

 

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