
Los árboles y los bosques fueron símbolos de
vida y protección en la astrología celta y a su alrededor fue
desarrollada su cultura. En su tiempo, los druidas, inspirados en la
magia estacional de los bosques, desarrollaron un horóscopo
protector, que como la mayor parte de las culturas de su tiempo se
encontraba inexorablemente ligado a las fases de la luna.
Los
bosques así, representaban catedrales para los druidas, y en ellos
se llevaban a cabo sus fiestas, rituales y ceremonias, el poder de
los dioses se encontraba místicamente en cada uno de los árboles del
bosque, cada árbol era consagrado a un Dios o simbolizaba una
virtud.
Se asignó un nombre y una propiedad a cada luna,
asimismo, un árbol ha sido asignado a cada luna de acuerdo con sus
propiedades mágicas. Cada una de las fases luna – árbol tomaba un
genero y se encontraba bajo la protección del dios que le amparaba.
Era tal la importancia del bosque y de los árboles que
albergaba, que cada uno de los caracteres del alfabeto druida se
corresponde con las iniciales de sus árboles protectores.
Los celtas asociaron cada árbol con una época del año y usaron
un horóscopo compuesto de 21 árboles.
Aquellos nacidos bajo la influencia de un árbol concreto
reciben sus características y protección a lo largo de sus vidas.